Teruel

Rosa López Juderías: “La tradición dice que Los Amantes de Teruel existieron; ¿por qué no puede ser verdad?”

Es la cara visible de una renovación que cambió el rumbo del Mausoleo de Isabel y Diego. Tras 17 años gestionando este monumento, deja el cargo

Teruel
Rosa López, ante el mural del pintor Jorge Gay 'Los Amantes de Teruel' que preside el mausoleo.
Javier Escriche

Con usted entró la luz y el aire en la capilla donde se ven las momias de Isabel y Diego, barriendo los oscuros cortinajes de terciopelo rojo que había en el lugar. ¿Qué efecto produjo tal renovación del Mausoleo de los Amantes de Teruel?

El número de visitantes se multiplicó casi por dos. En 2003, cuando se puso la primera piedra del nuevo edificio, se vendían entre 80.000 y 90.000 entradas al año; hoy son 140.000. Además, se terminaron de restaurar la iglesia de San Pedro, el claustro y el jardín y se adquirió un edificio en la calle Bartolomé Esteban y un solar para ampliar el mausoleo.

¿Se lograron, pues, los objetivos marcados?

Plenamente, e incluso más de lo que se tenía previsto. Es verdad que he sido la cara visible de esta nueva era de los Amantes, pero, en realidad, fui una pieza pequeña en todo un engranaje de patronos que realizaron una importante inversión, arquitectos que lideraron proyectos singulares y un equipo de 15 trabajadores. Y, ante todo, creo que este proyecto ha estado capitaneado por la sociedad turolense, al contar con una red de ‘Amigos de los Amantes’ con 1.800 personas que empujan y avalan esta iniciativa.

¿Por qué se va?

Tengo 61 años. Notaba desde hace un tiempo que mi papel en la Fundación Amantes ya no tenía excesivo sentido. Tengo la sensación de que mi tiempo aquí ha acabado y de que hace falta gente más joven, con otro entusiasmo. La pandemia, además, ha hecho que los recursos tengan que ajustarse mucho. Propuse al patronato que, para ahorrar costes, despidiera a las personas de más de 60 años, con la correspondiente indemnización y primando la voluntariedad, y una de ellas soy yo.

¿Qué responde a quien critica que se expongan al público restos humanos?

Nadie me preguntó nunca por esto, pero bueno, creo que esos restos están en un lugar muy digno, con unos sarcófagos de mucho valor artístico y dentro de un edificio muy singular diseñado por el arquitecto Alejandro Cañada, que aportó mucho a la reconstrucción de la zona en la que se encuentra. El interés de la gente que viene aquí es disfrutar de la bella historia de amor de Isabel y Diego. Es una sepultura muy digna.

¿Leyenda, historia o pura literatura? ¿Qué son los Amantes?

Ninguna de esas cuestiones se puede afirmar o negar científicamente. Cuando empezó mi gestión hicimos la prueba del Carbono 14 y situó a los restos en el siglo XII, de acuerdo a la tradición. Mucho más no podemos hacer. En todo caso, es una historia de amor eterna, conocida internacionalmente y a mí me da lo mismo si es una creación literaria o fue verdad. Todavía no ha habido esa prueba irrefutable que demuestre que fue historia pero nuestra tradición así lo dice y ¿por qué no puede ser?

¿Cómo le ha afectado la pandemia al conjunto museístico?

Pues mucho, como a todas las entidades que nos dedicamos al turismo. Hemos estado seis meses cerrados al público, sin ingresos, y con todo el personal en Erte. Es verdad que para 2021 todas las entidades que integran la Fundación Amantes apoyarán el proyecto con mayores subvenciones; han entendido el momento.

¿Qué deja pendiente?

Bueno, en todo caso, proyectos de futuro que, estoy segura, el nuevo equipo hará que vean la luz muy pronto. Por ejemplo, poner en marcha el edificio de servicios de la calle Bartolomé Esteban –ya está redactado el proyecto y se está a la espera de lograr la financiación necesaria– y ampliar el mausoleo utilizando el solar contiguo que se compró.

El mausoleo se ha convertido en un referente turístico en Teruel. ¿Hacen falta más inversiones para dar respuesta al cada vez más exigente público?

Sí, de hecho, hemos tenido que ir adaptándonos a la demanda. Recientemente reformamos el discurso expositivo utilizando las nuevas tecnologías, ya que el proyecto de musealización era de hace 17 años. Trabajamos también para adaptar el centro a personas con distintas capacidades, una de nuestras preocupaciones, y la cuantía que llegue del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) de 2019 se dedicará a esto.

¿Es rentable este conjunto patrimonial? ¿Podría independizarse de la Fundación Amantes de la que depende?

La venta de entradas y los ingresos de la tienda le permiten ser autosuficiente para los gastos ordinarios –incluidas las nóminas del personal– y aún da incluso para organizar actividades culturales en beneficio de la ciudadanía. Ahora bien, la inversión siempre ha sido por cuenta de los patronos de la fundación y del Fite.

Hay otra fundación en Teruel en torno a Los Amantes, Las Bodas de Isabel 

–organiza la recreación histórica en febrero–, que comparte algunos patronos con la entidad que usted deja –la DGA y el Ayuntamiento–. ¿Han pensado unirse para sumar esfuerzos?

El objeto de trabajo es, en ambas, Los Amantes, pero la actividad diaria es absolutamente diferente. También hay varias entidades bancarias, supermercados y periódicos y no por ello se unen.

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