Historia

Homenaje al introductor del esperanto en Teruel

La asociación esperantista Liberanimo coloca una placa en la tumba del pionero de esta lengua universal en la ciudad, Julio Belenguer.

Participantes en el homenaje al pionero del esperanto en Teruel, Julio Belenguer.
Participantes en el homenaje al pionero del esperanto en Teruel, Julio Belenguer.
Heraldo.es

La asociación esperantista Liberanimo ha rendido hoy homenaje al pionero de este idioma internacional en Teruel, Julio Belenguer, que falleció en 1927 tras una extensa labor difusora y propagandista del esperanto. El reconocimiento ha consistido en la colocación de una placa en la tumba de Belenguer en el cementerio municipal de la capital turolense. 

El acto de homenaje ha incluido una intervención del historiador Serafín Aldecoa en la que ha repasado la trayectoria del esperanto en la provincia y la de Julio Belenguer, que en 1907 promovió la primera asociación esperantista de la ciudad. Aldecoa ha aclarado que unos años antes, en 1903, surgió un grupo promotor del esperanto en Albarracín que fue pionero en Aragón. Ese núcleo precoz nació en torno a los medios religiosos de la localidad y contó entre sus integrantes con personas acomodadas y de alto nivel cultural, unas características que contrastan con la tradicional vinculación del esperanto con sectores obreristas, anarquistas e izquierdistas en general.

El homenaje, en el que han participado quince personas, ha contado entre los asistentes con dos nietos de Belenguer y con un bisnieto. La reunión, celebrada con motivo del día mundial del esperanto, se ha celebrado guardando las cautelas impuestas por la pandemia para evitar contagios. 

Serafín Aldecoa ha recordado que Julio Belengueer, influido por el foco de Albarracín, introdujo este idioma sin patria en Teruel y lo promocionó hasta poner en marcha un colectivo que tenía su sede en la plaza de San Juan y que organizaba actividades divulgativas como charlas y cursos. Belenguer estuvo en contacto con las redes esperantistas del resto del país y participó en congresos sobre este idioma celebrados en el extranjero. Entres sus discípulos, figuran las turolenses Gregoria Pérez y Rosario Fernández, probablemente las primeras aragonesas conocedoras del esperanto. 

El compromiso fraternal del pionero fue más allá de la divulgación del esperanto y, según cuenta, Serafín Aldecoa, fue el promotor de la llegada de cuatro huérfanos austriacos a Teruel tras la I Guerra Mundial para escapar, aunque solo fuera temporalmente, de la precariedad en la que vivían. También organizó una colecta para recabar fondos con los que auxiliar a una familia rusa esperantista en apuros.

La muerte de Julio Belenguer en 1927 supuso la disolución del foco esperantista de la ciudad, donde declinó el conocimiento de este idioma creado a finales del siglo XIX por el profesor polaco Ludwik Lejzer Zamenhof como un vehículo para la comunicación y fraternidad universales. La labor divulgativa de Belenguer a través de la prensa de la época, su activismo y su trabajo pedagógico cayeron en el olvido, hasta hoy.

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