emigración

De jornalero en Jabaloyas a potentado en Tijuana

Eduardo Yagües emigró de la localidad turolense en 1927 huyendo de la miseria y se asentó en México, donde fue uno de los ganaderos más influyentes de la Baja California.

De izquierda a derecha, Eduardo Yagües Jarque, Domingo Yagües Sánchez (primo hermano de Eduardo), Josefa Jarque Soriano (madre de Eduardo), Gregoria Jarque (prima de Josefa), Elena Ames Gilbert (esposa de Eduardo Yagües) y Julio Yagües Jarque (hermano de Eduardo) posan a las puertas de la casa de Eduardo en Tijuana. Todos emigrados desde Jabaloyas, salvo Elena Ames.
De izquierda a derecha, Eduardo Yagües Jarque, Domingo Yagües Sánchez (primo hermano de Eduardo), Josefa Jarque Soriano (madre de Eduardo), Gregoria Jarque (prima de Josefa), Elena Ames Gilbert (esposa de Eduardo Yagües) y Julio Yagües Jarque (hermano de Eduardo) posan a las puertas de la casa de Eduardo en Tijuana. Todos emigraron desde Jabaloyas, salvo Elena Ames.
Fermín Yagües.

Un centenar de vecinos de Jabaloyas emigraron hace un siglo hacia Norteamérica en busca del sueño americano, pero solo uno de ellos lo materializó. Uno de aquellos jornaleros que partieron en el primer tercio del siglo XX en busca de fortuna, Eduardo Yagües, se convirtió tras muchas peripecias en un rico hacendado y en uno de los líderes ganaderos del estado de Baja California, en México. Llegó a poseer 10.000 cabezas de ganado ovino y 400 de vacuno en propiedades que se extendían por 5.000 hectáreas.

Yagües, nacido en la localidad de la Sierra de Albarracín en 1908, emigró a América en 1927, en las mismas fechas en que decenas de sus vecinos partían rumbo al Nuevo Continente para trabajar en las minas de Utah (Estados Unidos), aunque él pudo ocuparse en la ganadería, una actividad en la que ya tenía experiencia. Ante la falta de expectativas de futuro en su pueblo natal, partió a México, donde ya residía un tío –además, tenía un hermano viviendo en la cercana ciudad de San Francisco, en California (Estados Unidos)–. Primero trabajó en la viticultura, pero finalmente se asentó en Tijuana (México) como pastor. En 1934 se estableció por su cuenta como criador de ovino y en 1966, tras comprar varios ranchos y hacerse con una numerosa cabaña de ovino y bovino, fue fundador de la Asociación Ganadera Local de Tijuana y su primer tesorero.

Aunque la mayoría de los emigrados de Jabaloyas recalaron en Utah y en la vecina Idaho, un pequeño grupo se asentó en la California mexicana, entre ellos Eduardo Yagües, que, según cuenta su sobrino-nieto Fermín Yagües, de Zaragoza, le "agradeció" a su hermano Julio que no le ayudará a pasar la frontera con los Estados Unidos como pretendía. En México, progresó desde el modesto trabajo de peón y pastor "borreguero" hasta ser un prestigioso ganadero. Tras colaborar y asociarse con empresarios vasco-navarros, se estableció por su cuenta siete años después de haber partido del puerto de Barcelona sin apenas saber leer ni escribir.

Pero su peripecia americana no fue fácil. Nada más atracar en Veracruz (México) se tropezó con la desagradable sorpresa de que las autoridades mexicanas ordenaban su deportación a España al ser menor de edad –tenía 19 años–. Consiguió un uniforme de marinero para hacerse pasar por tripulante del barco, pero su artimaña fue descubierta. Aprovechó la escala de vuelta en Cuba para bajarse del navío y, tras pasar por una explotación de caña de azúcar cubana, intentó de nuevo el paso a México, esta vez con fortuna.

Según cuenta David Acosta en su libro ‘Historia de la ganadería en Baja California’, Eduardo Yagües compró su primer rancho en 1938, ‘La Esperanza’, al que siguieron otras muchas fincas. Un reciente trabajo sobre los ganaderos españoles en México de José Alfredo Gómez, del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Baja California, señala que Yagües "destaca" por las numerosas compras de tierras que hizo entre 1950 y 1960. Destinó las fincas, tanto rústicas como urbanas, a la producción ganadera, a negocios inmobiliarios y a levantar un área de servicios con gasolinera incluida.

La emigración de Eduardo Yagües no fue una rareza. Durante el primer tercio del siglo XX, 125 vecinos de Jabaloyas partieron hacia Norteamérica, y la cifra se eleva a mil en el conjunto provincial, como ha constatado el estudioso del aquel precoz fenómeno migratorio, Raúl Ibáñez. Por entonces, Jabaloyas, el principal foco emisor, tenía 700 habitantes frente a los 63 actuales. El año que registró más salidas desde la provincia fue 1920, hace exactamente un siglo.

Fermín Yagües afirma tras repasar la trayectoria vital de su tío que "cumplió el sueño americano". Según le contó un pariente que visitó los ranchos del emigrado, "el ganado de Eduardo cubría el paisaje cuando se desplazaba y ver a sus rebaños avanzar era como si las montañas estuvieran en movimiento". La venta de lana sentó las bases de su fortuna. Uno de sus cuatro hijos, Ysmael, sigue los pasos del padre y es también un destacado ganadero local.

Eduardo Yagües, a la izquierda, durante su único regreso a Jabaloyas, en 1964, con un vecino y su hermano Domingo Yagües.
Eduardo Yagües, a la izquierda, durante su único regreso a Jabaloyas, en 1964, con un vecino y su hermano Domingo Yagües.
Fermín Yagües.

Al contrario que la gran mayoría de los emigrados, que partían con la vocación de regresar al cabo de unos pocos años con los ahorros de su trabajo al otro lado del Atlántico, Eduardo Yagües se casó y fundó una familia en la Baja California. Con el tiempo, consiguió que su madre se reuniera con él en Tijuana. Solo regresó una vez a su pueblo natal, en 1964. Algunas fotos y el recuerdo de algunos familiares son los únicos vestigios de su paso por Jabaloyas. Falleció en Tijuana en 1986. Fermín lo define como un hombre "muy trabajador y volcado en la familia".

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