La odisea de Marcial Romero para operarse de la lesión cancerígena que sufre en la lengua acabó este jueves. Este turolense de 73 años iba a ser intervenido quirúrgicamente el pasado 29 de octubre, pero la falta de camas de uci en el Obispo Polanco ante posibles complicaciones hizo que el hombre fuera sacado del quirófano cuando ya tenía hasta el gotero puesto. La negativa de hospitales de Zaragoza a asumir su posoperatorio tras un traslado en ambulancia de 170 kilómetros tampoco ayudó. La mañana de ayer, dos semanas después de aquel episodio que lo dejó helado en la camilla, fue por fin operado.

"Se nos ha hecho muy largo este tiempo de espera. Han sido 15 días de terrible incertidumbre, temiendo que otra vez, en el último momento, se agotaran las plazas de uci y volvieran a mandarnos para casa", relató la hija del paciente, Lidia.

Y, ciertamente, la historia pudo repetirse, pues este jueves por la mañana volvían a estar ocupadas las 8 camas de la uci del hospital turolense. La operación de Marcial fue posible esta vez porque se han habilitado tres plazas de reanimación posquirúrgica en una sala de espera, precisamente, para no volver a suspender intervenciones programadas en una época en la que la pandemia de covid acapara recursos.

Pero Lidia, aunque contenta porque la operación de su padre ha sido un éxito, no olvida. "Esto no debe volver a ocurrir, ni a nosotros, ni a nadie. Los turolenses merecemos contar con los medios sanitarios suficientes y eso supone tener más camas de uci", dijo.