ganadería
El barro complica el viaje del ganado trashumante de la Sierra de Albarracín hacia los pastos de Jaén
Los rebaños de ovejas merinas de los Montes Universales avanzan por la provincia de Cuenca camino de las tierras de invernada.
Nueve ganaderos de ovino de la raza merina de los Montes Universales afrontan su segunda semana de camino para llegar a los pastos de invierno en Jaén y Ciudad Real. Los rebaños trashumantes, que partieron de Guadalaviar y Frías de Albarracín, se encuentra actualmente en la provincia de Cuenca y llegarán a su destino a finales de noviembre. Las primeras jornadas del recorrido a pie se han visto entorpecidas por las fuertes lluvias de la reciente gota fría, que han embarrado los caminos, aunque, por otro lado, aseguran el suministro de agua y pastos durante el trayecto, que durará en torno a un mes.
Los ganaderos han decidido dirigirse a los pastos del sur del país a pie en lugar de recurrir de nuevo a los camiones, como hicieron en el viaje de la pasada primavera en dirección a los pastos de verano de la sierra de Albarracín. En el desplazamiento primaveral, los pastores optaron por subir sus reses a vehículos por precaución ante la situación de pandemia que vive el país. Sin embargo, tras comprobar la seguridad del recorrido, que se lleva a cabo por espacios abiertos y respetando las normas sanitarias cuando el paso se acerca a poblaciones, han decidido retomar la trashumancia tradicional andando. Esta práctica ganadera sigue recorridos que se remontan a la Edad Media y permite un aprovechamiento sostenible de los recursos para la cría de ovejas y vacas.
El presidente de la Nueva Mesta de la Sierra de Albarracín, que agrupa a los trashumantes de la comarca -de Guadalaviar y Frías de Albarracín, fundamentalmente-, Ismael Martínez, explica que el traslado a pie es, además, mucho más económico que en camiones. Por otro lado, el ganado se alimenta un mes con el pasto de la cañada, lo que favorece el crecimiento de la hierba en las fincas a donde Martínez se dirige, en Vilches (Jaén), donde este año ha llovido poco y el crecimiento de los pastos se está retrasando.
Los nueve ganaderos que se han puesto en camino hacía los destinos de invernada suman 7.000 cabezas de oveja merina de los Montes Universales y otras 500 de ganado vacuno. Martínez se lamenta de que, a raíz de las últimas lluvias, se encuentran con “mucho barro” en el camino. El vehículo de apoyo en el que cargan la comida y otros enseres para el viaje se ha quedado atascado en el barrizal y los pastores han tenido que sacarlo a empujones del atolladero.
