Teruel

De profesora de patinaje artístico en Teruel a vendedora de máquinas de hidrogel

La pandemia obliga a muchos docentes de actividades extraescolares a cambiar de trabajo para poder sobrevivir

Teruel
Violeta García Río, con folletos sobre las cualidades de las máquinas expendedoras de hidrogel que distribuye desde Bello.
Heraldo

Era feliz impartiendo clases de patinaje artístico y gestionando el club que existe en la capital turolense sobre esta disciplina deportiva, pero llegó el coronavirus y trastocó toda su vida profesional. Las limitaciones impuestas por las autoridades para hacer frente a la pandemia y el miedo de los padres a que sus hijos se contagien se han llevado por delante muchas de las actividades extraescolares a las que los niños acudían cada tarde al salir del colegio y Violeta García Río no ha podido librarse de los efectos de este huracán.

Para seguir ganándose la vida, esta joven, natural de la localidad turolense de Bello, ha regresado a su pueblo natal y ha optado por convertirse en distribuidora de máquinas automáticas expendedoras de gel hidroalcohólico para desinfección de manos, uno de los productos, junto con las mascarillas faciales, que se han hecho indispensables para plantar cara al covid.

“Echo muchísimo de menos a mis alumnas de patinaje, pero he tenido que reinventarme y buscar otra ocupación laboral”, explica. Recuerda que intentó reanudar las clases de patinaje a mediados de este mes de octubre, pero el retorno de la capital turolense a la fase dos de la desescalada, por esas mismas fechas, puso en jaque esta posibilidad. Las cosas no han ido a mejor en las últimas semanas, pues el inquietante aumento de datos en la provincia ha llevado al confinamiento perimetral de la ciudad y al paso, como el resto de la Comunidad Autónoma, al nivel tres de alerta, con nuevas restricciones de aforo en todos los establecimientos y lugares de ocio y cultura.

Lejos de hundirse moralmente, Violeta encara los cambios a los que nos obliga la pandemia con actitud realista y positiva y con un compromiso muy claro de colaboración. “La salud es lo primero y todos debemos tenerlo en la mente”, destaca.

Sin perder la ilusión y aprovechando toda la experiencia en el trato con las personas que le dieron tanto su carrera de Magisterio como las clases de patinaje artístico que impartió desde 2013 hasta la llegada del tsunami covid, Violeta pone todo su interés en hablar del producto que vende. Explica que las máquinas que distribuye disponen de una tecnología innovadora y pionera en el país gracias a la cual pueden proporcionar hasta 3.500 dosis de hidrogel sin tener que rellenar el depósito, lo que las hace muy funcionales para empresas cuyas instalaciones registran una gran afluencia de visitas al día. Añade que estos aparatos, de la firma Cleimmer, pueden incorporar el logo de las empresas, convirtiéndose en un elemento publicitario y de prestigio para las compañías que deciden instalarlos en sus factorías.

Violeta reconoce que el cambio en su vida profesional ha sido “radical”, pues poco tiene que ver el patinaje artístico con la venta de máquinas de hidrogel. Sin embargo, asegura que su nuevo trabajo también le aporta conocimientos y experiencias. “Son las situaciones difíciles las que potencian a las personas y en las que cada uno demostramos nuestra capacidad de adaptación”, asegura.

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