La posible demolición de la presa de los Toranes de Albentosa al caducar la concesión de sus caudales a Iberdrola para la generación eléctrica ha movilizado a sectores a favor y en contra de la medida. Los ayuntamientos de Olba, Albentosa y San Agustín así como la Comarca de Gúdar-Javalambre han presentado alegaciones en contra del derribo porque dejará sin caudal a una acequia que se alimenta del embalse y porque priva a la zona de una infraestructura útil para la lucha contraincendios. Por el contrario, un estudio hidrológico que encargó la propia Comarca y varios colectivos ecologistas abogan por la eliminación del pantano para recuperar la circulación natural del río Mijares.

El Ayuntamiento de Olba y la comunidad de regantes de la acequia del Diablo se han movilizado para oponerse a la demolición porque el canal de riego se abastece de la misma derivación que Los Toranes que mueve las turbinas de la central de Las Casas, explotada por Iberdrola y cuya concesión acaba de caducar. El alcalde de Olba, Federico Martín, explica que la alternativa de construir una captación independiente y propia del sindicato de riegos es inviable económicamente, porque los huertos son de pequeñas dimensiones y en su mayor parte dedicados al autoconsumo.

Martín señala que, además de dejar sin riego 48 hectáreas de riegos, Olba y la sierra de Gúdar pierden una acequia útil para la lucha contra los incendios, especialmente preocupantes en la zona por la proximidad del bosque a las viviendas y por las difíciles vías de evacuación en caso de catástrofe. El alcalde afirma que los vecinos "están preocupados" ante la posibilidad de quedarse si los huertos y sin una opción de lucha contra el fuego.

Los afectados por el derribo de la presa van a crear una plataforma de afectados y pondrán en marcha una recogida de firmas para oponerse. Uno de los regantes, José Manuel Salvador, se muestra dispuesto a "hacer presión" para impedir la desaparición del pantano, levantado en los años cincuenta del siglo XX con una capacidad de medio hectómetro cúbico. Salvador añade que está en proyecto la construcción de una balsa alimentada desde la acequia del Diablo para la lucha contraincendios, que sería inviable sin la presa.

La alegación remitida por el Ayuntamiento de Olba a la Confederación Hidrográfica del Júcar contra el derribo de la presa advierte de que supondría "la pérdida de una significativa superficie de regadío" en Olba, San Agustín, Sarrión y Albentosa. Pero donde más hincapié hace el escrito es en que se quedará sin agua la acequia del Diablo, "un importantísimo recurso de prevención de incendios forestales".

El Ayuntamiento señala que la desaparición de la huerta y la desecación de la acequia tendrían "relevantes consecuencias de cara a la prevención y extinción de incendios". Además, alerta de que el vaciado de los lodos del fondo del pantano generará el paso de 10.000 camiones por unos accesos precarios, defiende la conveniencia de mantener la explotación hidroeléctrica y concluye que la afección ambiental en el cauce se produjo con la construcción del embalse, que ha generado un hábitat propio.

Por su parte, colectivos conservacionistas como ‘El Mijares no se toca’ o ‘AEMS Ríos con vida’ defienden la demolición de Los Toranes y consideran que hay alternativas técnicas viables para mantener el caudal de la acequia del Diablo. A juicio de estas asociaciones, mantener la concesión hidroeléctrica y la presa es "inviable económica y ambientalmente". La presencia del embalse tiene "un impacto muy negativo" en las funciones hidrológicas del Mijares, daña la conectividad del ecosistema fluvial y la calidad de las aguas, según sostienen.