Estupor entre la población y los sanitarios de Teruel ante el parón del hospital

El frenazo a la construcción del futuro hospital de Teruel que se derivará de la rescisión del contrato con la adjudicataria del mayor lote de trabajos –fachadas, tabiques, cubiertas y solados– ha sentado como un jarro de agua fría entre la población. El parón, con la estructura del edificio ya terminada, se suma al que hubo en 2012 tras haberse detectado riesgo sísmico en la zona y al de 2015, con las obras de acondicionamiento del terreno acabadas.

“Nos hemos quedado helados. Nadie esperaba este vuelco de la situación después de ver el esqueleto del edificio ya levantado”, protestó este jueves la responsable de Sanidad de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Teruel, Estíbaliz Tolosa, quien advirtió de que, “si detrás del parón subyacen cuestiones políticas, nos vamos a enfadar mucho”. Desde la organización vecinal reclamaron que, al menos, la interrupción sirva para incluir en el proyecto un mayor número de habitaciones individuales y el servicio de Radioterapia, dos cuestiones respaldadas en su día por 10.000 y 35.000 firmas, respectivamente.

El presidente del Colegio de Médicos de Teruel, Ismael Sánchez, defiende que la caída de uno de los contratos “no tiene por qué retrasar demasiado el resto de la obra” y reivindica que el receso se aproveche para mejorar el proyecto con las peticiones vecinales y con un doble circuito que garantice el aislamiento de los pacientes covid.

En la misma línea, el presidente de la Junta de Personal del Sector Teruel en Atención Primaria y Hospitales, Jesús Martínez-Burgui, considera que “es el momento” de aplicar al nuevo hospital las enseñanzas de la pandemia para aumentar el número de habitaciones individuales y dotar al edificio de una zona totalmente independiente para pacientes infectados. La carencia de este espacio en el Obispo Polanco obligó a posponer operaciones quirúrgicas y a dedicar todo el hospital a los pacientes con covid.

El parón de las obras ha desatado las críticas de todos los grupos que integran la Corporación Municipal de Teruel salvo el del PSOE, que comparte color político con el equipo de gobierno del Ejecutivo aragonés. La alcaldesa, Emma Buj, del PP, califica de “desconcertante” la situación y recuerda “las prisas” del presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, a un mes de las elecciones de mayo de 2019, "que le llevaron a empezar las obras sin licencia, mientras que ahora parece que no pasa nada por que se paralicen los trabajos".

Buj ha solicitado una reunión urgente con la consejera de Sanidad “para que explique cómo queda el hospital y la obra”. Su socio de gobierno en el Ayuntamiento, el concejal Ramón Fuertes, de Cs, lamenta que este nuevo problema, que atribuye a una "mala gestión" de la DGA, “generará más demora en una infraestructura fundamental para Teruel”. “La provincia está cansada de retrasos injustificados”, subraya.

El concejal del PAR, Julio Esteban, califica de “desilusionante” la paralización de la obra y culpa de ella a una “falta de gestión, pues hay que articular medidas para que esto no ocurra”. Anabel Gimeno, de Ganar Teruel-IU estima que lo ocurrido con los hospitales de Teruel y Alcañiz –también parado– “es una historia de desastres” y destaca que “la prioridad, ahora, es que se pongan en marcha cuanto antes”. Para Zésar Corella, de Espacio Municipalista, los retrasos del hospital turolense “no son propios de una gestión diligente” y expresa su temor a que el centro se demore al menos 10 meses. El edil de Vox, Alejandro Nolasco, considera “muy negativa” la paralización.