transición energética

Doscientas personas protestan a las puertas de la central de Andorra por su cierre sin alternativas laborales

Los convocantes denuncian que la clausura se veía venir desde hace años pero no se ha generado ningún empleo sustitutivo.

Andorra ha puesto punto final este martes a un capítulo central de su historia contemporánea con el cierre de la central eléctrica de Endesa, forzado por el incumplimiento de los criterios de emisiones a la atmósfera de la Unión Europea y la negativa de la empresa propietaria a acometer las reformas necesarias para su cumplimiento. La clausura ha motivado una concentración de protesta a las puertas de la planta termoeléctrica para denunciar que, aunque la parada de esta industria era inevitable y se veían venir desde hace años -en 2014, Endesa presupuestó ya una partida para el desmantelamiento de la central-, no se ha conseguido crear ninguna industria alternativa capaz de recolocar a los trabajadores afectados. 

Doscientas personas se han concentrado a las 13.30 para recibir a los 30 trabajadores de uno de los últimos turnos de la central -la última salida de obreros tendrá lugar a las 06.00 de este miércoles- con una sonora ovación y con una traca para advertir de que los empleados de Endesa y de sus empresas auxiliares van a hacer "mucho ruido" para que la Administración no se olvide de su situación y genere alternativas laborales. Los operarios, al salir, depositaban sus cascos de trabajo sobre un ataúd que simbolizaba a la provincia de Teruel.

Con la parada definitiva de la central, pierden su trabajo 120 empleados de Endesa y otros 80 de las empresas auxiliares. Tanto unos como otros han denunciado que no tienen ninguna seguridad sobre su futuro laboral. Endesa podría recolocar a su plantilla en otros centros de trabajo del Estado mientras que los trabajadores de las subcontratas aspiran a poder encontrar trabajo a medio plazo en los trabajos de desmantelamiento de la central. Previamente, deberán realizar unos cursos de capacitación.

El Gobierno ha aprobado hoy el cierre y desmantelamiento de la central

El alcalde de Andorra, Antono Amador, ha pedido a las distintas administraciones la generación de empleos a corto plazo para ganar "tiempo" con el que poder captar proyectos empresariales generadores de empleo. Amador ha anunciado que el Ministerio pera la Transición Ecológica ha aprobado hoy mismo el cierre de la central y su desmantelamiento, una labor que se perfila como la única opción de generación de empleo a corto plazo.

Durante la concentración en la entrada de la térmica de Andorra, se ha leído un manifiesto de los convocantes del acto -el comité de empresa de Endesa y los representantes de las subcontratas- en el que resaltaba que los trabajadores y vecinos de Andorra no van "a permitir que este sea un punto final. Los trabajadores no hemos dicho nuestra última palabra", han señalado las lectoras del comunicado. El texto reflejaba el impacto emotivo del cierre, al que la población asiste "con el corazón en un puño", pero, sobre todo, la preocupación por la desaparición del principal motor económico de la comarca y uno de los principales de la provincia "sin alternativas industriales previas".

El manifiesto denuncia que durante décadas "se han enterrado cientos de millones de euros en planes y subvenciones sin asentar una industria alternativa". A pesar de la "tan cacareada transición justa" lo cierto es que la térmica de Endesa cierra y sus 200 empleos se pierden para siempre. Los participantes en la movilización han reclamado el "derecho a una continuidad laboral" y han criticado los "compromisos vacíos" de los últimos años. 

La protesta que ha transcurrido sin incidentes ha contado con la presencia de representantes de partidos de todo el arco político. Por la explanada previa a la central han pasado dirigentes de PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos, PAR, VOX y Teruel Existe.

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