teruel

El plan director protegerá el santuario celta de Villastar y hará visitable un tramo

Diseña un sendero al pie del farallón rocoso y ramificaciones para observar de cerca algunos de los grabados. El recorrido abierto al público será de 800 metros frente a los 1.700 del peñasco.

Las paredes de Peñalba están salpicadas con cientos de grabados e inscripciones.
Las paredes de Peñalba están salpicadas con cientos de grabados e inscripciones.
Archivo Qualcina

El santuario celtíbero de Peñalba, en Villastar, contará en breve con un plan director para asegurar la protección del yacimiento y posibilitar su aprovechamiento como reclamo turísticos. El documento, en las últimas fases de redacción, prevé vallados, señalización y el acondicionamiento de un paseo para visitar 800 metros a pie del farallón rocoso, con un recorrido total de 1,7 kilómetros.

El plan director, redactado por el arqueólogo Javier Ibáñez, prevé actuaciones con el mínimo impacto paisajístico para no empañar uno de los principales atractivos del lugar, su entorno natural. Ibáñez explicó que desde la senda turística se habilitarán cinco ramificaciones para llegar a la pared rocosa, de 15 metros de altura, para ver algunos de los elementos más «representativos» del enclave, que fue utilizado como santuario desde el periodo celtibérico, con inscripciones y grabados que datan del siglo primero antes de Cristo.

Expolio y deterioro

El arqueólogo señala que el plan director, que deberá recibir el visto bueno de la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural, pretende como prioridad la protección del santuario, declarado bien de interés cultural (BIC) pero que carece de cualquier tipo de protección, lo que ha propiciado su expolio y deterioro. Además, por la misma naturaleza del soporte rocoso, la erosión daña algunas partes del yacimiento. Javier Ibáñez considera que el daño sufrido es «considerable» por lo que aboga por una actuación inmediata.

Otro propósito es aprovechar el atractivo del lugar, que recibe visitantes sin ningún control, para que estimule la economía local como reclamo turístico. En principio, la visita no incluirá el borde superior del peñasco, donde se sitúan las «cazoletas» –unas oquedades de pequeño tamaño cercanas al cortado rocoso– por la peligrosidad de posibles caídas.

El primer paso para aprovechar Peñalba como recurso turístico será la habilitación de un centro de interpretación en un local recién adquirido por el Ayuntamiento en el casco urbano. El alcalde, Justo Cortés, explicó que un taller de empleo compartido con Villel permitirá acondicionar el local para explicar el santuario. La actuación incluirá también la mejora de los accesos para hacerlos más fáciles y seguros.

"Espacio sagrado" de la Antigüedad

El plan director intentará transmitir al público que se encuentra ante «un espacio sagrado» de la Antigüedad que, tras su periodo celtíbero, fue cristinanizado. A las inscripciones celtíberas –pero con alfabeto latino– se sumaron después las cruces y grabados cristianos. Javier Ibáñez señala que Peñalba fue un lugar sagrado al aire libre que pudo estar vinculado al surgimiento en las proximidades de la ermita cristiana de la Fuensanta.

Imagen de una cruz en el yacimiento celtíbero en Villastar (Teruel).

Celtas y cristiano

Textos y cruces. La mayoría de las inscripciones del santuario de Peñalba se realizaron entre el siglo primero antes de Cristo y el primero después de Cristo. El grueso de los grabados consiste en palabras escritas en lengua celta pero con el alfabeto latino, aunque también hay escritos en lengua latina e ibérica. El uso religioso del lugar podría ser previo a las inscripciones y continuó durante el cristianismo, como lo demuestran las numerosas cruces existentes. La traducción de los textos es confusa porque la interpretación de la lengua celta es imprecisa.

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La senda prevista para las visitas persigue el menor impacto visual posible, así como el vallado de protección. En distintos puntos se dispondrán códigos QR para que el público pueda disponer de información sobre el lugar. Ibáñez está convencido de que si el yacimiento se acondiciona y se promociona puede atraer a un público significativo.

Peñalba fue investigado a principios del siglo XX por el arqueólogo Juan Cabré, que extrajo numerosos grabados de la roca. Entre los curiosos hallazgos del lugar, figura un verso de la Eneida, una obra del siglo I después de Cristo, seguido de la expresión «no sé cómo seguir», también en lengua latina. Aparecen figuras humanas y zoomorfas así como la representación del dios celta Lug, al que podría estar dedicado este lugar sagrado.

Javier Ibáñez abogó por aplicar el plan director «en el plazo más breve posible» para detener el impacto que sufre el yacimiento en la actualidad por falta de protección. El arqueólogo afirmó que la ejecución de las propuestas, que deberá plasmarse en los correspondientes proyectos, será «de bajo impacto visual» porque plantea una actuación «minimalista». Entre las medidas propuestas figura consolidar algunas zonas que amenazan con desprenderse y borrar algunos de los grafitis más recientes. Ibáñez reconoció que aunque las pintadas son «infrecuentes» causan un daño considerable.

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