Las Administraciones central autonómica y local han dado este viernes un paso más para generar alternativas laborales a la central de Endesa en Andorra, que cerrará sus puertas a finales del próximo junio, con la firma de un protocolo de actuación que compromete a las tres partes en el desarrollo del convenio para la transición justa en la cuenca Andorra. Sin embargo, el documento rubricado por la secretaria de estado de Energía, Sara Aegesen; el consejero de Industria, Competitividad, Arturo Aliaga; y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) no precisa plazos ni presupuestos para ese futuro convenio, que ha recibido 82 propuestas de actuación por parte de las instituciones y los agentes locales para crear empleos sustitutivos de la producción termoeléctrica.

El Ministerio para la Transición Ecológica informa a través de un comunicado de que el convenio para la transición justa se concretará a partir de un "proceso de participación pública" que ha servido para alumbrar 82 propuestas sobre producción de energía renovable, usos no energéticos del carbón, mejoras ambientales e industria agroalimentaria, entre otras actividades. Se trata de poner en marcha "un nuevo modelo productivo, diversificado y sostenible que garantice la reactivación económica, generando nuevas oportunidades para las personas y sin dejar a nadie atrás". El protocolo andorrano es el cuarto para la transición justa tras los tres firmados para otras tantas comarcas asturianas.

El alcalde de Andorra, Antonio Amador, reconoce que el cierre de la térmica es inminente y "el tiempo apremia" para generar alternativas laborales. Considera urgente agilizar la implantación de las plantas de energías limpias proyectadas en la zona para absorber "de inmediato" a los empleados que se quedarán sin trabajo al cerrar Endesa. Amador añade que el proceso de formación para desmantelar la central, una fuente de empleo a corto plazo, se ha paralizado con la covid-19 pero confía en que arranque "a finales de junio o primeros de julio".