Trabajadoras de la residencia Hogar Santo Ángel de Alcañiz concluyen su confinamiento de 50 días
Doce empleadas del centro han vivido en él desde el 15 de marzo al 11 de mayo para evitar contagios entre las 120 personas mayores que son usuarias.
Un grupo de trabajadoras de la residencia Hogar Santo Ángel del municipio turolense de Alcañiz han estado 50 días confinadas, del 15 de marzo al 11 de mayo, para evitar contagios entre las 120 personas mayores que viven en este centro de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
La directora de la residencia, Sor Marta Liébana, ha explicado que la idea surgió de las propias trabajadoras, después de que el 11 de marzo se detectara un caso sospechoso de la covid-19 en la residencia, que se descartó días después al dar negativo la prueba PCR, tras ser trasladada al hospital.
No obstante, este hecho supuso que las empleadas que se encontraban trabajando en el centro el domingo, 15 de marzo, decidieran que lo mejor era "cerrar las puertas y quedarse con nosotras dentro", ha relatado la directora, que ha indicado que fueron 12 empleadas, a quienes se les acondicionaron unas habitaciones.
"Libre y voluntariamente decidieron quedarse", en principio, durante 15 días, si bien luego se fue alargando el plazo que se dieron "para proteger a los residentes de un posible contagios" y "al final han sido 50 días".
Sor Marta Liébana ha comentado que las mismas 12 trabajadoras que empezaron el encierro lo han concluido, aunque alguna ha sido sustituida a mitad del proceso para poder descansar, ya que otro grupo de empleadas ha estado apoyando al centro desde fuera, en diferentes tareas, y guardando confinamiento en sus domicilios por si era necesario que fueran a sustituir a sus compañeras.
La directora de la residencia ha considerado que el esfuerzo hecho por la plantilla ha permitido que no haya contagios. "Somos una gran familia y lo hemos vivido unidos", ha apuntado, para comentar que los residentes han visto "el sacrificio que ha hecho las trabajadoras" y ellos "también han sido muy colaboradores".
Sor Marta Liébana ha añadido que al principio les "sorprendió", pero luego "lo vieron como una rutina y el día de la despedida ha habido unas palabras muy bonitas". Por su parte, se ha mostrado muy agradecida con las trabajadoras y sus familias, que "les han apoyado en todo momento para que continuaran aquí y les han dado fuerza y ánimo para seguir adelante".
Estas 12 empleadas se van a tomar ahora unos días de descanso y el resto de la plantilla ha comenzado a trabajar en dos turnos, extremando las medidas de seguridad porque "hemos conseguido que no haya ningún contagio y queremos seguir manteniendo en listón", ha recalcado la directora de la residencia.
Para eso, se desinfectan antes de entrar, se les toma la temperatura y tienen varias puertas de acceso para evitar aglomeraciones, también en las zonas donde han de cambiarse de ropa. Además, se han hecho tests rápidos a las trabajadoras y a las siete hermanas que viven en la residencia, dando todos ellos negativo.
La directora de la residencia ha reconocido que estos 50 días de encierro han vivido "momentos peores y mejores", con una "gran carga de trabajo" y, además, han fallecido dos residentes por causas diferentes al coronavirus, si bien han celebrado el 102 cumpleaños de otra interna.
Por otra parte, ha precisado que las familias "entienden la situación y que lo hacemos por su bien, aunque les cuesta" no poder ver a sus seres queridos". No obstante, gracias a la donación de una empresa cuentan con una tablet con la que hacen videollamadas entre los residentes y sus familias.
Además, el centro ha creado un grupo de WhastApp en el que se informa de cómo están, se les mandan fotos y las familias contestan "y dan palabras de ánimo; nos apoyan desde el exterior", ha contado Sor Marta Liébana.
