bodas de isabel de segura

Emoción colectiva bajo el balcón de Isabel

Miles de personas abarrotan la plaza del Torico para ver la escena cumbre de la representación de la leyenda de los Amantes, que mantiene intacto su poder de convocatoria tras más de 20 ediciones.

La plaza del Torico de Teruel vivió ayer su particular catarsis colectiva. Miles de personas se emocionaron hasta la lágrima con la representación de la escena cumbre de la trágica leyenda de los Amantes, la muerte de Diego de Marcilla al no lograr un beso de su amada, Isabel de Segura. El público se identificó totalmente con los personajes de una recreación histórica que, a cargo de jóvenes actores aficionados turolenses, llega al corazón de los espectadores manteniendo intacto su poder de convocatoria tras más de 20 ediciones.

La gente se apiñaba en la céntrica plaza –con capacidad para unas 7.000 personas– dos horas antes del inicio de la representación. Al parecer, esta es la única forma de lograr un sitio con buena visibilidad. Cientos de espectadores tuvieron que conformarse con ver la escena a través de alguna de las cuatro pantallas de vídeo gigantes instaladas en calles próximas con el objetivo de evitar mayores aglomeraciones. El buen tiempo reinante hizo que, a juicio de muchos de los asistentes, se batieran récords de público.

Bodas de Isabel 2020 en Teruel
Bodas de Isabel 2020 en Teruel

En medio de una gran expectación, el personaje de Diego, que acababa de regresar de la guerra y se había enterado de que su enamorada se había casado con Don Pedro de Azagra, irrumpió en la plaza casi a la carrera y llamando a gritos a Isabel, lo que hizo que la concurrencia lanzara una exclamación de admiración. El Amante, al que da vida el joven Israel Bujeda, subió en un santiamén hasta el balcón de Isabel por una escalera de mano de más de siete metros de altura, en línea con algunas de las escaladas más arriesgadas que se han visto en esta escena a lo largo de sus ya 24 ediciones. Esto hizo que, de nuevo, el público expresara en voz alta y de manera coral su asombro ante tal agilidad.

La escena con Diego e Isabel –encarnada por la joven Alba Sánchez en el balcón, llena de lirismo y frases poéticas, pero también cargada de fuerza y tensión amorosa, hizo aflorar los sentimientos de los espectadores, que reían y suspiraban con los protagonistas, emocionándose a la par que ellos al ver que un beso entre ambos era del todo imposible.

El momento más intenso fue, con todo, cuando Diego, rechazado por Isabel, vuelve a bajar a la calle con el corazón roto para desplomarse y morir de amor. El colofón a esta actuación lo puso, un año más, la cantante, también de Teruel, María del Carmen Torres, interpretando un tema de su propia cosecha dedicado a los Amantes.

"No me canso de verlo"

"Me encanta; llevo cinco años viniendo y no me canso de verlo. Se me pone la carne de gallina cada vez que muere Diego y empieza a sonar la canción", explicaba Rosana Fernández, venida desde La Puebla de Híjar y sin dejar de grabar con su teléfono móvil los últimos instantes de la representación. Desde Valencia habían llegado Trinidad y José Miguel, una pareja que se declararon "enganchados" a la leyenda de Isabel y Diego. "Si algún año no podemos venir, lo vemos por la televisión", confesaban. David García, de Barcelona al igual que los siete amigos que le acompañaban, también aplaudía la actuación, si bien reclamaba "algún entretenimiento" para distraer al público durante las dos horas previas que pasan los espectadores esperando la entrada de Diego en la plaza del Torico.

"Es apabullante cómo se identifican los espectadores con los personajes, sufriendo y emocionándose con ellos"

Para Alfonso Pablo, que junto con Marian Pueo dirige la teatralización de la leyenda de los Amantes, el éxito de público que registra año tras año la escena de la muerte de Diego se debe a la "fuerza dramática" que tiene el relato y también al buen trabajo de los actores. "Es apabullante cómo se identifican los espectadores con los personajes, sufriendo y emocionándose con ellos", afirma el dramaturgo.

Este año se da la circunstancia de que los actores que dan vida a Diego –Israel Bujeda– y al padre de este –Ángel Bujeda–, son también padre e hijo en la realidad. Además, Ángel hizo ya de Amante en 2007. Ayer, este último recordaba cómo tuvo que trepar a pulso hasta el balcón de Isabel para representar la escena y afirmaba que la leyenda de los Amantes "es una historia preciosa que cautiva a quien la conoce, por eso aglutina a tanto público".

La fiesta llega hoy a su último día con la muerte de Isabel y con un acto en la plaza del Seminario en la que los asistentes son invitados a besarse. La ciudad pone fin a un viaje en el tiempo que la ha llevado hasta 1217, donde se sitúa la leyenda amantista, y en el que se involucra toda la población.

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