Los daños causados por Gloria en el olivar del Matarraña reducirán la producción a la mitad

La Comarca insiste en pedir la declaración de zona catastrófica a pesar de las reticencias del Gobierno central.

Olivos tronchados por la nieve en una finca de Valderrobres
Olivos tronchados por la nieve en una finca de Valderrobres
Antonio García/Bykofoto

La intensa nevada caída la semana pasada como consecuencia de la borrasca Gloria acabó con la mitad del arbolado en 20.000 hectáreas del olivar del norte de la provincia, según una primera estimación del sindicato agrario UAGA. Los olivos dañados se reparten entre el Bajo Aragón, el Bajo Martín, Andorra-Sierra de Arcos, Maestrazgo y, sobre todo, el Matarraña, donde la nieve alcanzó hasta un metro de espesor y derribó con su peso ramas y árboles enteros. Con este panorama, la próxima cosecha parte con un 50% de descuento y los oleicultores temen que la capacidad productiva previa al temporal no se recupere hasta dentro de cuatro o cinco años.

Los agricultores se han puesto ya manos a la obra en la ardua labor de sanear el olivar con podas que sustituyan las ramas desgajadas por cortes limpios y de retirar todo el ramaje derribado por la nieve. El alcalde de Mazaleón y presidente de la Comarca del Matarraña, Rafael Martí, advirtió de que el trabajo de poda y eliminación de la rama perdida llevará "mucho tiempo", pero es imprescindible para prevenir plagas como el barrenillo, que infectan a los árboles sanos a partir de la madera muerta.

El secretario provincial de UAGA, David Andreu, indicó que la caída de la producción se prolongará varios años y más en un olivar de secano como el del Bajo Aragón histórico, de lento crecimiento. Consideró que la aprobación de créditos sin interés por la DGA puede colaborar a restablecer la normalidad, pero el sindicato reclama también la condonación de los pagos a la Seguridad Social durante un año, rebajas fiscales y una subvención fija por cada hectárea de olivar para contribuir a su saneamiento y compensar la caída productiva.

El sindicato agrario estima que todas las fincas del sur de la provincia de Zaragoza y de Teruel que están por encima de los 500 metros de altitud han sufrido graves daños. Afortunadamente, la mayor parte de la cosecha estaba ya recogida con lo que la afección en la producción se evidenciará en la próxima campaña.

Rafael Martí explicó que los daños alcanzan a 15.000 hectáreas de olivar en el Matarraña, aunque en al menos siete municipios -Valjunquera, Cretas, La Fresneda, Fórnoles, Ráfales, La Portellada y Monroyo- el 100% de los olivos presentan daños importantes. Añadió que, especialmente en los ejemplares más jóvenes, habrá que recurrir a podas drásticas o "incluso al arranque o la tala por el pie para reconstruir el árbol con los rebrotes", un proceso que alargará la regeneración durante varias décadas.

Los daños en los olivos han sido en algunas localidades del norte de Teruel la principal afección causada por Gloria. El alcalde de Castelserás, Óscar Soriano, indicó que el 100% de olivos del municipios están dañados. De los 300.000 euros en que ha valorado los desperfectos del temporal en el pueblo, 269.000 corresponden al olivar.

Dentro del sector primario, otra afección grave es el hundimiento de los tejados de medio centenar de granjas, sobre todo del Matarraña. En muchos casos el desplome atrapó a los animales provocando numerosas bajas. La mayor parte de las explotaciones corresponden al porcino. UAGA aboga por que la Administración asuma el pago de las franquicias de los seguros y que, en las granjas no aseguradas, compense las pérdidas.

Rafael Martí adelantó que, ante la gravedad de la situación, la Comarca del Matarraña pedirá la declaración de zona catastrófica, una figura que el Gobierno central no contempla, como advirtió la ministra Carolina Darias durante su visita a la zona del pasado día 29. Martí manifestó también su "queja" por la "lentitud" de Endesa para reponer el suministro eléctrico. Pidió, además, una mejora de la cobertura del teléfono de emergencias 112 y la activación de las cuadrillas forestales para retirar los miles de pinos derribados por la nieve que invaden los caminos y los cortafuegos.

La truficultura, beneficiada

El temporal tuvo también su cara positiva al beneficiar a la truficultura, concentrada en las tierras altas de la provincia, aunque obligó a detener la recolección durante 10 días por las nevadas y el suelo embarrado. El presidente de la Asociación de Truficultores y Recolectores de Trufa de Teruel, Julio Perales, señaló que el agua "nunca es mala" al garantizar el riego y recargar los acuíferos.

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