La capital turolense ha amanecido cubierta por un manto blanco y la nieve sigue cayendo con fuerza. El servicio de autobús urbano no ha podido ponerse en marcha y han sido cortadas al tráfico tres calles muy empinadas. Se trata del Camino de Capuchinos, Cuesta de la Enriqueta y Cuesta de los Gitanos, donde existe peligro de que los coches resbalen y sufran un accidente.

Varias máquinas trabajan desde primera hora de la mañana retirando nieve de las aceras, dando prioridad a los accesos a hospitales y centros de salud, así como colegios y otros edificios públicos.

En la provincia, el temporal de nieve y viento está provocando desde las 6.00 interrupciones en el suministro eléctrico a varias localidades del Bajo Aragón y el Matarraña. La red eléctrica de alta y media tensión ha sufrido daños por la caída de ramas y árboles y la rotura de un cable conductor, lo que ha hecho que 8.000 clientes de Endesa se vean afectados por apagones en sus viviendas. El fallo en el suministro afecta a Valderrobres, Beceite, Azuara, La Fresneda, Molinos, Fuentespalda, Peñarroya de Tastavins, Ráfales, Torre de Arcas, Fórnoles, La Portellada, Valdeltormo, Berge, Torre del Compte y Lledó, entre otras.

En las carreteras turolenses, tres camiones han quedado bloqueados en la N-420 (Córdoba-Tarragona) entre Perales del Alfambra y Utrillas y entre Valdealgorfa y Calaceite. A ellos se suman otros 16 vehículos pesados que desde ayer están atrapados por la nieve en las cercanías de Andorra y cuyos conductores reciben asistencia por parte del Ayuntamiento de la localidad. Además, otros 338 camiones siguen embolsados desde anoche en áreas de servicio de distintas carreteras, la mayoría de ellos, concretamente 300, se encuentran en la A-23 o autovía Mudéjar.