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La construcción no remonta en Teruel y perdió 1.900 empleos durante el año pasado

El sector inmobiliario turolense presenta los peores datos de todo Aragón.

La plaza Domingo Gascón acumula un año de retraso
Obras en la capital turolense, imagen de archivo.
A. S.

El sector de la construcción no termina de despegar en Teruel tras los años de la crisis. Durante el año 2018, perdió 1.900 trabajadores, mientras que el número de viviendas nuevas sin vender creció por segundo año consecutivo y cayeron las hipotecas, una tendencia descendente que contrasta con los indicadores positivos de las otras dos provincias aragonesas. Zaragoza ganó 5.400 empleos en la construcción y Huesca, 800. Los datos proceden del Informe Económico de Aragón de 2018, elaborado por las Cámaras de Comercio e Ibercaja y presentado ayer en la capital turolense.

El autor del informe, Marcos Sanso, alertó de los "datos muy malos" del sector inmobiliario en la provincia y los relacionó con la tendencia a la despoblación de Teruel, que perdió 1.500 habitantes en año pasado.

La situación contrasta con el crecimiento de la construcción en el conjunto de Aragón, con un incremento del valor de la producción del 10%, la actividad que más creció. Sanso dijo que los indicadores del año pasado para Teruel "no son propios" de 2018, en especial el incremento del número de nuevas viviendas sin vender, que, mientras cae en Aragón y en el conjunto estatal, siguió creciendo en la provincia, con un 1,1% de incremento.

En consonancia con la falta de dinamismo del mercado inmobiliario, Teruel registró la mayor caída del número de visados de viviendas, con 133 proyectos menos que en 2017, mientras que en Zaragoza se contabilizaron 75 más y en Huesca hubo 14 menos. Las hipotecas cayeron un 17% en Teruel, frente a un retroceso del 1,7% en Huesca y un incremento del 5% en Zaragoza. El importe medio de las hipotecas concedidas solo disminuyó en Teruel, con una rebaja del 20% frente a subidas del 33% y el 4% en Zaragoza y Huesca.

El director provincial de Ibercaja, Jesús Beamonte, matizó que durante 2019 ha mejorado el mercado hipotecario, con un incremento del número de operaciones firmadas del 10% respecto a 2018. Reconoció, no obstante, que la financiación de "actividades productivas" ha caído.

Marcos Sanso señaló que frente al indicador más "negativo" de la provincia, que fue la construcción, el aspecto más positivo de la economía turolense de 2018 fue el mercado laboral, con un incremento total de 2.300 empleos. La caída de la construcción se compensó con 2.600 trabajadores más en los servicios, 1.200 en la industria y 400 en la agricultura. El aumento porcentual, del 4,1%, fue el mayor de todo Aragón, porque Zaragoza creció solo un 1% mientras que Huesca perdió puestos de trabajo. Con estos datos, Teruel se sitúa en una tasa de paro del 9%, la más baja de Aragón.

Otro aspecto positivo de la economía provincial fue el crecimiento de las exportaciones y una balanza comercial saneada con una ventaja de las ventas sobre las compras de 135 millones de euros el año pasado. El importe de la exportación de mercancías superó en un 60% a la importación, con las piezas para automoción como sector líder.

Sanso auguró que la tendencia al crecimiento de las exportaciones continuará en 2019. El presidente de la Cámara de Comercio turolense, Antonio Santa Isabel, corroboró esta impresión, con un creciente protagonismo del sector agroalimentario.

Los sectores más rentables de la economía provincial fueron el metal, la informática-electrónica, los muebles, las actividades profesionales y la atención sanitaria-servicios sociales. Estas cinco actividades son, junto con el sector químico y el transporte, las que más destacan por su productividad. Los sectores textil, de información y las actividades artísticas fueron los menos rentables.

La inmigración, necesaria

Antonio Santa Isabel recalcó las dificultades de las empresas de la provincia para encontrar personal, tanto cualificado como no cualificado, una circunstancia que vinculó con la pérdida de población "en todas las comarcas".

Marcos Sanso advirtió de que ante esta situación de pérdida de población continuada "no hay más remedio que recurrir a la inmigración" para cubrir las necesidades de mano de obra. Afirmó que esta captación de trabajadores extranjeros puede ser el "preludio" de un crecimiento demográfico de la provincia.

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