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Los forenses creen que los hermanos parricidas de Pozondón son imputables

Los detenidos por presuntamente matar y emparedar a su madre no tienen patologías mentales graves

La hija de la mujer emparedada en Pozondón al ser conducida al juzgado.
La hija de la mujer emparedada en Pozondón, al ser conducida al juzgado.
Heraldo.es

El examen psiquiátrico forense efectuado a los dos hermanos de Pozondón que presuntamente asesinaron en 2017 a su madre, Ángela Yusta, de 88 años, y luego emparedaron el cadáver concluye que no presentan ninguna patología mental grave que impida considerarlos responsables de sus actos, es decir, inimputables. Pedro Blasco, de 48 años, confesó ser autor de la muerte por asfixia de su progenitora, unos hechos en los que, supuestamente, colaboró su hermana, Isabel, de 50. A continuación, ocultaron el cuerpo sin vida de la anciana en un armario tapiado de su casa y siguieron cobrando la pensión de jubilación durante más de dos años, hasta que los restos fueron descubiertos en junio pasado.

El informe psiquiátrico practicado por dos médicos forenses no detecta ninguna enfermedad mental en los hermanos, aunque resalta el carácter introvertido de Isabel y Pedro Blasco, un rasgo más extremado en el caso de la mujer. El estudio, aunque no les exime de ser juzgados, no descarta otras circunstancias que podrían ser utilizadas por las defensas como atenuantes.

La instrucción está a punto de concluir y, según una fuente cercana al caso, solo quedan las conclusiones definitivas de un estudio del ADN de los restos localizados emparedados en el armario para confirmar que son de la madre de los acusados, un extremo validado ya por las conclusiones preliminares del análisis genético.

Por otro lado, la Seguridad Social ha valorado en 30.000 euros el importe defraudado por los dos hermanos al seguir ingresando la pensión de su madre fallecida desde marzo de 2017, cuando supuestamente se produjo el asesinato, hasta junio de 2019, cuando el cadáver emparedado fue localizado por la Guardia Civil.

Una fuente cercana al caso ha resaltado la celeridad con la que el Juzgado número 1 de Teruel lleva a cabo la instrucción, que podría estar terminada en breve, aunque el delito se descubrió hace solo cuatro meses. El caso será juzgado por un jurado popular.

El hallazgo del cuerpo de Ángela Yusta oculto en su casa conmocionó a la pequeña localidad de Pozondón, con una veintena de residentes permanentes. Los vecinos manifestaban, no obstante, su inquietud por no haber visto a la anciana durante los últimos dos años y porque sus dos hijos impedían que nadie entrara en su casa con negativas rotundas o evasivas.

El Ayuntamiento, preocupado por la falta de noticias sobre Ángela Yusta, alertó a los servicios sociales comarcales, pero la trabajadora social no pudo acceder a la vivienda ante la oposición de los dos hermanos. La intervención posterior de la Guardia Civil permitió localizar del cadáver escondido en un armario.

La familia Blasco-Yusta llegó al pueblo procedente de Madrid hace 16 años tras el fallecimiento del padre, natural de Pozondón y donde tenía una casa. Pedro Blasco trabajaba de forma esporádica para el Ayuntamiento. Las personas que le conocían lo describían como una persona correcta y educada, aunque tímida. Su hermana nunca salía sola de casa. Desde junio de 2019 ambos hermanos permanecen en prisión provisional.

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