Cuatro pueblos del Mezquín elaboran un catálogo de olivos milenarios y casetas de piedra

El proyecto, de dos años de duración, se extenderá a la totalidad del Bajo Aragón y el Matarraña.

Olivo centenario de Belmonte de San José que se incluirá en el catálogo en ejemplares singulares
Olivo centenario de Belmonte de San José que se incluirá en el catálogo en ejemplares singulares
F. Zorrilla

Cuatro localidades de la cuenca del Mezquín han iniciado la catalogación de sus olivos más singulares y de las casetas de campo de piedra seca. El proyecto, promovido por la Organización para el Desarrollo del Mezquín, el Matarraña y el Bajo Aragón (Omezyma), arranca en La Codoñera, Belmonte de San José, Torrecilla y Torrevelilla, pero se extenderá a la totalidad de las comarcas del Bajo Aragón y el Matarraña en dos años y con un presupuesto de 108.000 euros.

La catalogación de olivos incluirá los ejemplares milenarios y también los de dimensiones o características excepcionales. El proyecto contempla la realización de una investigación científica para precisar la variedad de las oliveras elegidas y su edad. Joaquín Lorenzo, gerente de Omezyma, explicó que para datar los árboles se podría recurrir a técnicas como el Carbono 14 o al estudio de los anillos de crecimiento. Añadió que, para llevar a cabo este trabajo, contarán con el apoyo de universidades y del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón.

El proyecto de catalogación fue presentado a finales de agosto en la Codoñera y el trabajo de campo ha empezado a ejecutarse coordinado por Fernando Zorrilla. Los promotores calculan que se podrán catalogar una media de dos o tres ejemplares de olivo por cada municipio de las dos comarcas abordadas.

La investigación se pone en marcha ante la constatación de que los grandes olivos y los más longevos están en peligro por las podas drásticas para adaptar la recolección a las técnicas mecanizadas, que no pueden aplicarse a árboles muy voluminosos o de ramaje muy envejecido. Además, Omezyma parte de la premisa de que el olivar es el cultivo que más identifica a la agricultura del Bajo Aragón y el Matarraña.

El proyecto pretende asegurar la conservación de los olivos singulares y conseguir que su cultivo y mantenimiento resulten atractivos para los propietarios. Joaquín Lorenzo explicó que la próxima reforma de la Política Agraria Común (PAC) podría contemplar ayudas para mantener este arbolado excepcional y, además, de su fruto se obtendrá un aceite de especiales características que podría mejorar su rentabilidad. Lorenzo contempla también el posible aprovechamiento turístico de los árboles inventariados con rutas señalizadas.

Tanto Lorenzo como Zorrilla reconocieron que siguen los pasos del proyecto de la mancomunidad Taula del Senia, que ha realizado un inventario de olivos milenarios en los 24 pueblos de este organismo que se extiende por la confluencia de las provincias de Teruel, Tarragona y Castellón. Zorrilla explicó que para determinar si un árbol es milenario aplicará el mismo criterio que en la Taula: más de 3,5 metros de perímetro a 1,3 metros del suelo. Añadió, no obstante, que la realización de pruebas de laboratorio permitirá determinar con precisión la edad.

Fernando Zorrilla advirtió de que la proliferación de las talas de rejuvenecimiento y la falta de protección han reducido drásticamente el número de olivos monumentales. Lorenzo señaló que los árboles que se talaron a raíz de la helada catastrófica del olivar de 1956 pero sin llegar a arrancarse podrían ser datados a partir de los anillos de crecimiento de los tocones, que, en muchos casos, han dado lugar a nuevos olivos a partir de los rebrotes.

Además de árboles aislados, el proyecto pretende proteger y revalorizar "parajes singulares del olivar", como refleja el proyecto, titulado ‘Oliveras y casetas del Bajo Aragón y Matarraña’. Tras la catalogación se promoverá la redacción de ordenanzas municipales pactadas entre los ayuntamientos y los propietarios para asegurar la conservación. El trabajo prevé tres niveles de protección: oliveras milenarias, oliveras notables y oliveras singulares de interés local.

El catálogo de olivos se complementará con un inventario de las casetas de piedra seca que salpican las dos comarcas y eran utilizadas como cobijo por los agricultores. Según el proyecto, "corren peligro" de derrumbamiento si no se actúa en su conservación.

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