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Las salidas, ‘cerradas’ para los conductores ebrios

La Guardia Civil montó controles en las cuatro principales salidas de la ciudad para interceptar a los conductores que estaban bajo los efectos del alcohol u otras drogas.

Control de alcoholemia en una salida de Teruel. Foto Antonio Garcia/bykofoto 07/07/19 [[[FOTOGRAFOS]]]
Los guardias civiles someten a los conductores a pruebas de alcoholemia y drogas en un control.
Luis Rajadel

Sesenta guardias civiles participaron en el operativo del subsector de Tráfico que "cerró" las salidas de Teruel durante el pasado fin de semana para impedir que conductores ebrios o bajo los efectos de las drogas salieran a la carretera poniendo en peligro sus vidas y las de otros automovilistas. Aunque el número de positivos ha caído a la mitad en la última década gracias a una mayor concienciación ciudadana, todavía se registran cada Vaquilla en torno a 100 denuncias por alcoholemia y otras 20 por consumo de drogas.

En el enlace de la N-234 con la Variante Norte y la carretera de San Blas, se desplegaron varios vehículos de la Guardia Civil junto a la calzada. Una docena de agentes desviaban a los conductores a la explanada del Parque Empresarial San Blas para someterles a las pruebas que detectan consumo de alcohol o drogas. La gran mayoría de los vehículos, en torno al 99%, siguió adelante sin problemas, pero el 1% restante quedó inmovilizado porque sus conductores dieron positivo.

En la zona de sombra de las naves industriales, un reguero de jóvenes esperaba a completar el trámite de la denuncia de la Guardia Civil y a que se pasen los efectos del alcohol para seguir su camino, en la gran mayoría de los casos con destino a Valencia. El panorama se repitió en las otras tres salidas de la ciudad hacia Zaragoza, Valencia y Cuenca. Entre 12 y 18 agentes forman parte de cada control, en función del tráfico soportado. Los más concurridos fueron los del enlace de la N-420 con la A-23 y el de la Venta Rosa, en dirección a la autovía.

El comandante de Inspección de Servicios de la Guardia Civil de Tráfico, Raúl Castillo, explicó que el "cierre" de las salidas se completó durante el sábado y el domingo, aunque los controles esporádicos se repitieron durante todas las Fiestas del Ángel. A su juicio, "se nota más concienciación" y el número de positivos ha descendido en la última década de 200 a 100.

Uno de los denunciados fue un joven de Valencia que regresaba a casa con dos amigas tras pasar el sábado de fiesta en la ciudad. "creía que no iba a dar positivo", se disculpó. Arrojó una tasa de 0,45, casi el doble del máximo permitido, 0,25. Confiaba, no obstante, en que con una larga parada la tasa bajara por debajo del tope legal para reanudar su viaje en dirección a la capital levantina. Es la primera vez que tiene un contratiempo de este tipo en los 12 años que viene a Teruel a disfrutar de la Vaquilla.

En caso de positivo, el coche puede seguir su camino si otra persona que está en buen estado se hace responsable del vehículo. En caso contrario, el automovilista denunciado deberá esperar a que se le pase el efecto del alcohol o las drogas antes de ponerse otra vez al volante.

Durante las fiestas de la Vaquilla se llevarán a cabo en torno a 20.000 pruebas de alcoholemia y drogas, aunque el grueso de los test se efectuaron ayer, el principal día de salidas de los miles de visitantes que participaron en el día grande de las fiestas. Raúl Castillo señaló que más del 90% de todos los conductores que pasan por los controles son sometidos a las pruebas de alcoholemia.

En general, el comportamiento de los automovilistas es "bueno y educado", pero también hay algún caso de conductores que, a las puertas del control, dan un giro de 180 grados a su coche y se vuelven por donde han vendo. Generalmente son detenidos a continuación y a la sanción por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas suman la de desobediencia y conducción negligente.

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