fiestas de teruel

El Torico ya tiene su pañuelo rojo y Teruel estalla de euforia en La Vaquilla

Daniel Igual y Mario Bea, de la peña El Ajo, colocaron la prenda vaquillera al símbolo de la ciudad y brindaron ante la atenta mirada de una plaza abarrotada y teñida de vino .

La emoción se desató en la plaza turolense más famosa cuando Mario Bea y Daniel Igual, de la peña El Ajo, treparon por la gran columna de piedra labrada de siete metros hasta llegar al Torico.

Juntos anudaron el pañuelo rojo en el cuello del astado y brindaron con sidra para celebrar uno de los momentos más especiales para un turolense. La plaza abarrotada, con más de 7.000 personas, brindó con ellos mientras gritaba: "Qué bote Teruel".

Imágenes de las Fiestas de Teruel 2019
Imágenes de las Fiestas de Teruel 2019
María Ordovás

A las tres de la tarde los más tempraneros ya tenían la ropa teñida de morado y llenaban poco a poco la plaza, demostrando que las altas temperaturas, en torno a los 35 grados, no fueron motivos suficientes para quedarse en casa y perderse la Puesta del Pañuelico.

Como arma para sofocar el calor fue imprescindible la labor de los vecinos desde los balcones, quienes rociaban a la marea morada con agua fría. En medio de esta sacudida refrescante, algunos impacientes jugaron a poner el pañuelo y formaron pirámides humanas al lado de la fuente, las cuales no tuvieron mucho éxito ni aguante.

Las calles de Teruel se llenan de ganas de fiesta.

Una hora más tarde, las primeras peñas en llegar a la plaza ordenaban a sus charangas tocar con fuerza, como un llamamiento a los vaquilleros más afortunados de este año.

No hizo falta alargar mucho el reclamo, lo cierto es que no tardaron mucho en llegar Mario y Daniel. En cuanto sonó el Campanico en la plaza del Ayuntamiento los mensajeros corrieron escoltados por peñistas hasta la plaza del Torico, donde los esperaban los protagonistas. El comienzo de la Vaquilla era inminente y la peña El Ajo llevaba media hora preparada en la fuente con una pirámide humana, esta sí, de perfecta ejecución para que pudieran trepar los escaladores.

El primero en llegar a la altura del Torico y mirarle a los ojos fue Daniel Igual y acto seguido Mario Bea, quien se abrazó a su compañero con fuerza. Una vez arriba ofrecieron el pañuelo rojo a toda la plaza con las emociones a flor de piel y quisieron innovar en el acto, ya que este es un año muy especial para la peña porque la Puesta del Pañuelico ha coincidido con su 50 aniversario. Por eso, una vez que el famoso astado lucía su prenda roja, Daniel y Mario brindaron con sidra y le colocaron, como un símbolo de ellos, dos dientes de ajo enormes.

Miles de personas celebran los días grandes de la ciudad con las fiestas de La Vaquilla.

El brindis con sidra y los dos ajos no fueron las únicas novedades de esta edición de la Puesta, sino que la peña El Ajo fue más allá y dio color a la plaza. No solo de púrpura, sino de todos los colores del arcoíris. El morado ya no era el predominante como otros años gracias a unos sobres Holy de pintura que tiñeron de azul, amarillo, e incluso rojo a los peñistas que aguardaban para formar la pirámide humana al rededor de la fuente. Las casacas de la peña eran multicolor y el vino les resbalaba por la ropa.

Hasta dentro de 20 años esta peña no volverá a subir por el tótem emblemático de la ciudad para poner el pañuelo rojo al Torico, pero será difícil borrar de sus mentes el 50 aniversario tan especial que los socios de El Ajo han vivido este 2019.

Cumplir un sueño

"Desde ahí arriba Teruel se ve muy bonito y colorido", aseguró Daniel Igual, quien no se podía creer la emoción de haber puesto el pañuelico en el aniversario de su peña, ni mucho menos haberle dejado en los pies al Torico esos dos grandes dientes de Ajo. Por su parte, Mario Bea cumplía su sueño más lejano de subir a ponerle el pañuelo rojo al astado, delante de todo Teruel.

La gente se tomó con calma lo de salir de la plaza para evitar aglomeraciones. Mientras escuchaban el himno de la Vaquilla que se proyectaba desde uno de los balcones, los jóvenes, y no tan jóvenes, celebraban el inicio de la fiesta sin disimular su entusiasmo. Entre peñas, pancartas, balones de playa y vino, mucho vino, todas las personas abandonaron la plaza y solo quedó un reguero de agua negra que los seguía y rodeaba a los despistados. Un grupo de amigos simuló nadar en este improvisado río negro para salir de la plaza, pero mucho no avanzaban.

María Moya, una joven almeriense confesó tras la Puesta que llevaba años deseando vivir la fiesta turolense. "Mi novio es de Teruel, no me pienso perder una Vaquilla más, ver subir a los dos chicos por la fuente ha sido muy emocionante", declaró Moya.

"La piel de gallina" era otras de las frases más repetidas por los turolenses, quienes fuera el número que fuese de Puestas que hubieran presenciado la emoción era la misma. "Es uno de los momentos más emotivos y con más fiesta que vive un turolense", exclamó Sara Martínez, una joven de Teruel.

La pirámide humana de la peña El Ajo, sin la que Mario y Daniel no hubieran podido llegar a su objetivo, fue de las últimas en abandonar el escenario, junto con el resto de la peña. Como si de una sinergia de emociones se tratara, cada turolense y visitante iba contagiando de euforia al más próximo, y así, desde el epicentro de la ciudad, la fiesta se fue trasladando por todas las calles del Centro.

Después de la Puesta del Pañuelo, la variedad temática y musical de las peñas era muy variada, por lo que se pudo continuar con la fiesta hasta la caída del sol, cuando comenzaron los conciertos. Hoy por la tarde, Teruel vivirá otro de los momentos más destacados de sus fiestas: la tradicional merienda en la plaza de toros y el desfile de disfraces las peñas.

Tras las fiestas del Ángel, que comenzaron el pasado fin de semana, La Vaquilla llega con fuerza con conciertos, charangas y festejos taurinos. Consulta aquí el programa de actos.

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