teruel

Pañuelos rojos para dar la bienvenida vaquillera a los niños nacidos en el último año

El Ayuntamiento reparte la prenda entre los bebés llegados al mundo tras las fiestas de 2018.

La cantera turolense, con su distintivo vaquillero.
La cantera turolense, con su distintivo vaquillero.
Antonio García/Bykofoto

Colocar el pañuelico rojo a los nacidos en el último año se ha convertido ya en toda una tradición. Ayer, una cola de bebés en brazos y en carritos, junto con sus abuelos y padres, llegaba hasta el final del Tozal para recibir ‘Mi primera Vaquilla’ y formar parte del fin de semana más esperado del año.

Por cuarto año consecutivo se confirmó que las fiestas turolenses no tienen edad, todas las personas tienen su espacio. Lo secundó el bautismo vaquillero de los pequeños nacidos entre julio de 2018 y esta última semana, que recibieron de manos del Ayuntamiento un pañuelo rojo bordado, como símbolo de su primera Vaquilla.

240 nuevos vaquilleros se reunieron bajo la fuente. Los más mayores cumplían doce meses en julio y la más pequeña batió el récord con tan solo seis días. Alba Robayón iba en los brazos de su mamá, Faye, quien vestía la casaca de los marinos, la futura peña, sin duda, de la pequeña.

La cola la iniciaba Sergio Olivas, de once meses, quien venía desde Villarquemado con su madre y abuelos. "Ya fue primero en Monreal del Campo en recibir el distintivo festivo de su pueblo. Por una equivocación en la hora, también será el primero en este día tan especial para todo turolense", explicó su madre, Gloria Herrero. El cierre de la fila, sin embargo, tardaba más en llegar, ya que se unía sin parar gente que quería participar en el acto.

Fiesta familiar

Los encargados de poner el primer distintivo vaquillero a los pequeños eran Emma Buj, alcaldesa de Teruel, Javier Domingo, concejal de Fiestas, y Ramón Fuertes, teniente alcalde de la ciudad. Buj señaló que se sentía muy orgullosa de la tradición que se ha formado, porque este día "demuestra que la Vaquilla es una fiesta familiar, para todos". Esta es una de las razones por las que se acercan familias enteras, que vienen desde todas las comarcas de la provincia deTeruel.

Los niños no eran tan conscientes como los padres de lo que significaba adquirir su primer pañuelo rojo. Aún así, eran más los que esbozaban una sonrisa de oreja a oreja, que los que derramaban lágrimas.

Rodrigo Martínez, por ejemplo, no sonreía ni lloraba, sino que observaba con seriedad mientras le anudaban la pañoleta, para después sonreír sin parar al descubrir lo que era el trozo de tela roja tan especial para sus padres.

Las pañoletas fueron anudadas a los pies del Torico.
Las pañoletas fueron anudadas a los pies del Torico.
Raquel Sánchez

Mientras, los fotógrafos inmortalizaron cada momento con los protagonistas, muchos de los cuales ya vestían diminutas casacas negras y pantalones blancos por primera vez. Todo apunta a que la nueva generación viene fuerte. La madre de Loreto Barea, por ejemplo, estaba segura, tal y como garantizó, de que su hija, de tan solo tres meses, será una gran vaquillera en un futuro no muy lejano.

Para no fallar, ni quedarse cortos, la Corporación Municipal preparó un total de 240 pañuelos bordados con el lema de ‘Mi primera Vaquilla’. Lejos de ser simples retazos de tela, estos pañuelos rojos se guardan cada año como si de tesoros se trataran. "Muchos padres de ediciones pasadas me han confesado con gran ilusión que guardan la pañoleta enmarcada", declaró Emma Buj.

Todo listo para La Vaquilla

Los más jóvenes de Teruel ya están preparados, gracias a su pañuelo rojo, para el fin de semana vaquillero. Se unen así al resto de la ciudad, que ya ultima los preparativos. Las peñas comenzaron ayer a llenar con bebida sus locales y hoy por la tarde empieza la oferta musical tan variada de las 21 agrupaciones vaquilleras. Mañana, todos los vecinos de la ciudad, independientemente de su edad, sacarán de los armarios y prepararán sus trajes de la Vaquilla un año más, sin olvidarse de su distintivo rojo.

Mientras ayer por la tarde la plaza del famoso astado de hierro se llenó de bebés que lucían su primera pañoleta, mañana , esa misma plaza, será invadida por jóvenes, cuyo pañuelo ya ha sido anudado en muchas ocasiones al cuello. Darán así comienzo a La Vaquilla, tirando por los aires vino y siendo partícipes de cómo Daniel Igual y Mario Bea colocan el Pañuelico al Torico. Por su parte, la cantera de chiquillos nacidos en el último año serán los próximos peñistas que suban por la columna de piedra de siete metros en futuras Puestas del Pañuelico.

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