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Teruel se reinventa: negocios diferenciales frente al desempleo

Sin dejar de lado la agricultura, las condenadas minas, el mudéjar o el jamón, principales sustentos económicos de la provincia, los nuevos emprendedores sorprenden con ideas singulares.

Maria Jose Meda, chef de la hospederia el batan en Tramacastilla. Foto Antonio Garcia/Bykofoto. 02-12-15
Maria Jose Meda, chef de la hospederia el batan en Tramacastilla.
Antonio Garcia

El empleo es el mejor antídoto contra el desplome demográfico y, ante la escasez de oportunidades corrientes, las gentes de Teruel están sabiendo reinventarse con negocios diferenciales. Sin dejar de lado la agricultura, las condenadas minas, el mudéjar o el jamón, principales sustentos económicos de la provincia, los nuevos emprendedores sorprenden con ideas singulares. Otras veces, los propios recursos del territorio brindan interesantes proyectos como el que acaba de presentar la empresa Hermanos Sebasvilla.

Próximamente implantará en Mora de Rubielos un hotel de cuatro estrellas superior con helipuerto que, valiéndose del emplazamiento de la instalación, prevé la incorporación de varias innovaciones tecnológicas en materia de medio ambiente que incrementarán la eficiencia y servirán para ahorrar energía.

Esta compañía inició su actividad en 2012 con la apertura del hotel-restaurante Masía La Torre, en la misma localidad, y posteriormente construyó un salón para grandes eventos. Y es que en el sureste turolense no abundan los alojamientos o mesones con pedigrí. Hay que viajar a la capital -reina el Parador- o hasta Tramacastilla, donde se ubica la Hospedería El Batán, para complacer los paladares más refinados.

Allí, en la Sierra de Albarracín, la chef María José Meda y su marido, Sebastián Roselló, apostaron hace 20 años por un establecimiento que combina la estancia (10 cucas habitaciones) con menús selectos que varían en función de la temporada. Así obtuvieron en 2013 la Estrella Michelin -única de la provincia- que siguen conservando. Un lujo inmerso en el entorno rural que bebe agua de Bronchales y ha visto sobrevolar los primeros drones repartidores de fármacos desde Gea de Albarracín hacia el aeropuerto industrial que no deja de crecer.

Más de 7.000 operaciones se esperan durante este 2019 en un espacio cuyo buen funcionamiento ha dejado de ser noticia. Sí lo es que, al otro lado del suelo turolense, la Comarca del Matarraña recibiera al hijo de Donald Trump. El reclamo fue la caza del máximo ejemplar de cabra hispánica, especie que ha convertido los montes de Beceite -así como el Maestrazgo- en epicentro del turismo cinegético.

Cazadores estadounidenses, mexicanos, canadienses, árabes o rusos llegan a pagar 40.000 euros por una semana de aventura, que incluye el viaje, la estancia y los recechos. Wild Hunting Spain y Matarranya Forest son algunas de las empresas que han sabido aprovechar este nicho de mercado del que también se benefician los establecimientos de la zona.

Un buen ejemplo es el Parador de Alcañiz, si bien este particular alojamiento goza de buena salud durante todo el año gracias a Motorland. Más allá de las carreras de Moto GP o Superbikes, la actividad no cesa en el circuito. Y las calles de la capital del Bajo Aragón se nutren de pilotos ilustres, probadores o simples aficionados de alto poder adquisitivo.

Si preguntan en el restaurante Empeltre, les hablarán de una familia francesa que, cada dos meses aproximadamente, acude a reponer las fuerzas invertidas sobre el aparato. Son importantes empresarios del sector del petróleo y el plástico, a caballo entre Mónaco y aquellas pistas que les permiten poner a prueba sus Porsche de competición. Vienen en sus propios camiones, alquilan el asfalto alcañizano y no escatiman en gastos por una comarca en la que también se ubica Aceros Hispania (Castelserás).

Su propietario, Ricardo Lop, compite con la todopoderosa Amazón en la venta de cuchillos, espadas y armaduras. Se lanzó al comercio online en 1999, sin imaginar que iba a convertirse en un emprendedor de repercusión mundial. Factura alrededor de 700.000 euros anuales y llega a más de 45.000 clientes de 110 países.

Menos extendida está la anchoa del 'Cantábrico turolense', aunque a sus creadores, Manuel Suñer y María Jesús Gilabert, hay que reconocerles una importante dosis de ingenio. Ambos proceden de Vinaroz y apostaron por traer bocados del mar -también suministran boquerones o sardinas- al interior. Concretamente, a Albalate del Arzobispo, donde se ubica la nave de Salazonera Aragonesa.

Muy cerca, en Híjar, la producción de tomate rosa no deja de aumentar. Hasta el punto de que Tomates Prisco y Tomates Las Valles compiten con Barbastro, cuna de esta variedad de fruta, por liderar el sector. Quienes los han probado aseguran que son únicos por su sabor y textura. Como inconfundibles son los sonidos que surgen de esta localidad y las contiguas en Semana Santa.

No se puede abandonar el Bajo Aragón sin recordar a los últimos artesanos del tambor, románticos que no acostumbran a promocionarse en las grandes superficies y que, por lo general, tienen el 'boca a boca' como mejor estrategia de márquetin. Son más de los que se pueda pensar, pero para conocerlos hay que introducirse en sus talleres. José María Gasco, José Antonio Plana o Jesús Rocaful siguen laborando entre parches, pieles y bordones.

Olivos y trufa frente al cierre de la mina


Como respuesta al cierre de las minas de carbón, en Estercuel han emprendido varios proyectos interesantes de restauración. En lugar de plantar pinos como en otros lugares, en Mi Viña han apostado por la encina -que es la que reinaría en el entorno de no haber sido por la acción del hombre- micorrizada con trufa blanca. Así, además de ayudar a la germinación, se pretende que este hongo se quede en los montes como recurso natural para recolección. Asimismo, en las zonas abancaladas, cultivarán olivo y lavandín, proceso más sencillo que el planteado en la otra mina a cielo abierto de la localidad.

Corta Gargallo, explotada por Endesa entre 1994 y 2012, será convertida en uno de los campos de tiro más grandes del país, con objeto de atraer a profesionales de los cuerpos y fuerzas de seguridad, así como a empresas privadas que buscan realizar maniobras o prácticas. La iniciativa, según anunció el alcalde a comienzos de este año, surge de un conglomerado de accionistas anónimos.

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