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El Inaga rechaza el proyecto para desmontar la central de Escucha y exige la demolición "total"

El Ayuntamiento se había reservado parte de los edificios para su aprovechamiento, pero ha desistido finalmente.

Central Termica de Escucha 12-08-2013 Foto Jorge Escudero
La central térmica de Escucha, tras su cierre en diciembre de 2012.
Jorge Escudero

El proceso administrativo para la demolición de la central térmica de Escucha, cerrada desde 2013, deberá empezar desde el principio al rechazar el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) el proyecto de desmantelamiento presentado por Viesgo Generación en 2017. El organismo medioambiental insta a la actual propietaria, Repsol, a que presente un nuevo plan de "desmontaje y demolición final de la totalidad de la planta", sin conservar parte de las instalaciones, como contemplaba la propuesta inicial para su cesión al Ayuntamiento.

Una fuente de Repsol anunció que la empresa va a "cumplir el requisito establecido por la Administración" y entregará antes de tres meses un proyecto para la demolición completa de la central, que fue durante cuatro décadas el motor económico de la comarca de las Cuencas Mineras. La empresa energética presentará ante el Inaga una propuesta para "dejar el terreno en el que se levanta la planta como estaba hace cuarenta años". La central cerró sus puertas el 31 de diciembre de 2012, con 51 trabajadores.

Una propuesta para "dejar el terreno en el que se levanta la planta como estaba hace cuarenta años"

La desestimación del proyecto inicial responde al cambio de opinión del Ayuntamiento de Escucha, que, en junio de 2017, alcanzó un acuerdo con la propiedad de la térmica para compraventa por el precio simbólico de un euro de parte de las instalaciones con el objetivo de aprovecharlas para generar actividad económica. Sin embargo, el pasado mes de enero el pleno desistió de su pretensión inicial y descartó hacerse con la propiedad de "ningún elemento" de la antigua planta termoeléctrica.

El alcalde, Javier Carbó, ha explicado que el Ayuntamiento descartó adquirir edificios anejos a la central por la dudosa rentabilidad económica de la operación. Había acordado con Viesgo recibir un hangar, un edificio de vestuarios, unas oficinas y una nave industrial. Carbó ha señalado que asumir la titularidad de estos inmuebles podría convertirse más en "un problema" para el Consistorio que en un recurso.

El Ayuntamiento de Escucha ya ha mantenido contactos con Repsol para animar a la empresa a invertir en los terrenos que dejará libres la demolición de la central. La superficie ocupada por la planta es de 40 hectáreas, a ambos lados de la travesía de la N-420. El alcalde señaló que este emplazamiento dispone de infraestructuras que podrían ser útiles para desarrollar una actividad industrial, como una línea eléctrica, suministro de agua, depuradora y accesos.

El desestimiento de la cesión se aprobó con los votos del equipo de gobierno, de CHA, y la oposición de la Candidatura Socialista Independiente de Escucha.

El Consistorio planteó a Repsol la posibilidad de construir una planta fotovoltaíca en el solar de la central, aunque desde la empresa no se pronuncian sobre el destino que darán a la finca. Carbó se mostró dispuesto a negociar con compañías dedicadas a la energía solar un acuerdo para promover conjuntamente una planta fotovoltaíca en el lugar que ocupa la térmica.

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