Rillo, un pueblo de acero con mucho arte y los recuerdos ligados a la mina

Hasta 1982, Rillo era un pueblo minero de libro. La tradición se perdía en la noche de los tiempos, con cinco referentes que destacaron sobre el resto a lo largo de las décadas; las minas Amparo, La Compañía, Victoriano, Amalia y Nueva. Jorge Martínez, rillano, alguacil de su pueblo y encargado de la tienda de abastos local, recuerda perfectamente esa tradición. "Rillo siempre fue un pueblo minero, del carbón. En su momento llegó a haber 1.000 habitantes aquí, más de la mitad familias de la mina, vino mucha gente del sur. Había tres tiendas, tres bares, un poblado con escuela y todo que desapareció físicamente hace unos 10 años, quedan algunas escombreras por ahí, y bocas de mina. La minería dejó de existir hace algo más de 30, quedan cuatro escombreras. En la familia, por supuesto, también hubo mineros; mi abuelo vino de Ojos Negros y también había trabajado en el gremio allá, mi madre ya nació aquí, mis tíos trabajaron en la mina aquí... una historia común a muchos otros del pueblo". Ahora queda una explotación arenera; de esta cantera, a las afueras del casco urbano en dirección al barrio pedáneo de Son del Puerto, se saca una arena excelente para la cerámica, que suele ir hacia Castellón. La gente pasea hasta el gran hoyo de arena blanca, con agua turquesa en el fondo.

Rillo notó el golpe con ese adiós al gran tesoro del subsuelo; además, al estar cerca de Teruel, se ha reproducido localmente el fenómeno de gente que trabaja en el pueblo con el sector primario y duerme en la capital de provincia. "Se han quedado cuatro agricultores –explica Jorge– que tienen toda la tierra, y dos ganaderos. Yo llevo cuatro años de vuelta aquí; siempre he trabajado en la construcción, incluso estuve durante un tiempo haciendo vertical en fachadas, ahí colgado literalmente –bromea– pero conozco al alcalde de toda la vida y me propuso coger el trabajo de alguacil, llevando además la tienda; mi madre se ha venido también al pueblo, y ahí estamos".

Jorge abre la tienda hora y media cada día, para vender el pan y productos de primera necesidad. En agosto la cosa cambia; actividad incesante, con los veraneantes que llenan las calles y dan largos paseos hasta la Masada de la Fombuena. "En verano me toca jornada continua, sobre todo en agosto, cuando pasas a vender 170 barras diarias en vez de 8. Con el bar tenemos suerte, lo lleva desde hace un año una pareja rumana muy maja; ella cocina de maravilla y él nos aguanta, que ya es decir; además, lleva mucho tiempo en la zona, ya lo conocíamos porque trabajaba con un constructor del pueblo, Tomás; lleva 12 años en España". En el pueblo permanece activa la asociación de mujeres, que centra sus esfuerzos en manualidades, especialmente en el tejido de capas. El Pucherrillo, centrada en el senderismo, está actualmente en barbecho. Las fiestas grandes de Rillo son en el puente de la Constitución y honran a su patrona, Santa Bárbara, también patrona de los mineros; las de la Virgen en mitad del verano son la penúltima semana de agosto. "Aquí –asegura Jorge, con una sonrisa pícara en el rostro– somos fiesteros, te lo pueden confirmar en toda la zona; cuando hay que ponerse como ñús, nos ponemos". El concejal Valero Latorre, que ha pasado toda la vida trabajando fuera con empresa propia de almacenaje mecanizado en Tarragona, sonríe al oír a Jorge. "Ahora paso todo el tiempo que puedo aquí. Ahora, con permiso, me voy a cuidar el huerto un rato".

Artistas de la misma añada

Mari Carmen Escriche es actualmente la principal artista de Rillo, hecho que corroboran sus paisanos y varios habitantes de las localidades vecinas. Además de su producción, centrada en la escultura, daba clases en Utrillas; ahora imparte docencia en Teruel. Tiene obra en varios sitios de la comarca: en Mezquita de Jarque está una de las más conocidas. En Rillo destacan dos: ‘A los que duermen’, una cama de forja en una loma a las entrada del pueblo, y el recuerdo a Javi Rillo. La primera está hecha en honor a su padre, ‘Machiné’, que disfrutaba mucho durmiendo. La segunda es en honor al ilustrador y dibujante ‘Javi Rillo’, Barreiros para su cuadrilla del pueblo, Javier Vicente Beltrán en el DNI. Javi murió a los 36 años de un ataque al corazón hace una década. De alma bohemia, en cuanto fue mayor de edad se marchó a Barcelona; se ganaba la vida haciendo caricaturas en las Ramblas. "Montó una empresa, ‘El 6 y el 4’, junto a su amigo Gambarte, dibujante de ‘El Jueves’ y movían artistas, desde magos a músicos. Vino un verano que le tocaba estar en la comisión de fiestas, y pocos días después de que acabaran, estando en casa de su hermana, le dio un infarto y murió. Era un gran caricaturista, y que su nombre artístico fuera Javi Rillo te dice lo que quería al pueblo. Un primo mío le dedicó una poesía, y Carmen Escriche le hizo aquí una escultura de acero, hecha a partir de un dibujo". La escultura se inauguró en junio de 2016 y parte de un dibujo de Kap (Jaume Capdevila).

En datos

Comarca: Comunidad de Teruel.

Población: 93.

Santo Domingo de Silos

Obra de mampostería que tiene una planta de tres naves de cuatro tramos. La central se cubre con cúpulas; la solución de las tres está en relación con las iglesias de San Martín de Crivillén y la parroquia de Torre las Arcas.

Los imprescindibles

La Virgen de la Rosa

Ermita construido en mampostería y sillería con planta de cruz latina. Tiene una nave única de tres tramos. Los brazos del crucero y el ábside son semicirculares al interior y planos hacia el exterior. Tiene un interesante mirador.

Son de Puerto

El barrio pedáneo de Rillo tiene actualmente una población de 15 habitantes y una interesante arquitectura, con caserío de gran belleza. Se encuentra a los pies de un cabezo, a unos 7 kilómetros del pueblo de Rillo.

Santo Domingo de Silos