voleibol

Miguel Rivera: "Estoy feliz en Teruel, aquí me siento respaldado"

Acaba de cumplir 100 partidos como entrenador del CV Teruel, un equipo que se ha convertido en orgullo y seña de identidad de la ciudad.

Miguel Rivera, en la fuente de la plaza del Torico de Teruel.
Miguel Rivera, en la fuente de la plaza del Torico de Teruel.
Jorge Escudero

¡Felicidades!, acaba de cumplir su partido número cien al frente de la plantilla del exitoso CV Teruel. ¿Cuántos más estará en el club?

Bueno, eso nunca se sabe. Estoy muy a gusto y me siento muy querido, pero el deporte es muy duro. He acabado el número 100, el siguiente es el 101. No me fijé metas cuando llegué a Teruel desde Madrid. Estaré aquí hasta donde el tiempo, el club y yo queramos.

¿Se siente ya un veterano?

No, ni muchísimo menos. Tengo 34 años, soy prácticamente un recién llegado. Cada partido es un aprendizaje, siempre, con su análisis previo y posterior. Cada encuentro enseña mucho.

¿Qué le pareció Teruel al llegar? No todo el mundo quiere trabajar en esta ciudad de solo 35.000 habitantes y con un duro invierno por delante.

Cuando recibí la propuesta del CV Teruel, sentí un gran orgullo. Conocía perfectamente la trayectoria del club y lo que representa en el voleibol nacional y europeo. Y luego descubrí la ciudad, que no la conocía. Desde el primer momento, fui recibido con los brazos abiertos por parte del club, la afición y la sociedad turolense. Me sentí respaldado y estoy feliz en Teruel.

Se le ve muy contento en su faceta de padre (acude a la sesión de fotos con Diego, su hijo, de cuatro meses). ¿Qué tal se defiende?

¡Uf! Es más difícil cuidar al niño que entrenar a la plantilla del CV Teruel. Cuando llora, no sé lo que le pasa. Con los jugadores, lo tengo todo más claro.

¿Ganará la liga?

¡Ja, ja!, ¡Ojalá! No se puede prometer eso, ni mucho menos. Es una ilusión por la cual todos trabajamos, pero si dijera que sí estaría mintiendo. En una competición nunca se sabe qué va a ocurrir. Puedo prometer que trabajaremos para conseguirlo, pero ganar un título es algo muy difícil. Hemos perdido la final de la Copa del Rey, por ejemplo.

¿Con cuál de los cien partidos se queda?

Cada uno tiene su historia particular. El primero fue muy especial. Ganar la primera Supercopa en casa hace dos temporadas y el triplete del año pasado, algo histórico para el club, fueron también momentos muy satisfactorios.

¿Algún momento para olvidar?

En mi primera temporada completa en el CV Teruel –la actual será la tercera–, enlazamos tres derrotas en liga regular y parecía que el equipo nadaba en contra del ritmo, pero a partir de ese momento fuimos capaces de remontar el vuelo y hacer una segunda vuelta muy buena, ganando todos los partidos. Siempre hay que superar los momentos difíciles.

¿Por qué cree que el voleibol arraiga más en ciudades pequeñas, como Teruel o Soria, que en grandes, como Madrid?

Es cierto que los equipos de élite de Superliga están ahora mismo en ciudades pequeñas, pero también hay afición en ciudades grandes. Quizá se deba a la falta de competencia de otros deportes mayoritarios.

¿Será que el fútbol arrasa con todos los demás deportes?

No considero al fútbol nuestro enemigo. No por jugar al fútbol se deja de jugar al vóley. Cada cual elige lo que le gusta.

¿Hay en Teruel cantera de la que pudiera salir algún jugador estrella?

Lo importante es que la ciudad sienta el vóley como una seña de identidad, a la altura de los Amantes o de la Vaquilla. Proyectos como el presentado recientemente ‘Teruel, ciudad del vóley’ con la implicación del club, el Ayuntamiento y la Universidad son importantes para generar masa social que siga el vóley. Si luego salen jugadores que lleguen al nivel de la primera plantilla será fantástico.

¿Es verdad que el CV Teruel tiene la mejor afición de España?

Es una afición muy fiel, que siempre anima al equipo, en los buenos y malos momentos. Esa afición es la que da sentido a este proyecto.

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