Fran Martín: "Si sigue aumentando el público, habrá que controlar los aforos"

El presidente de la Federación de Asociaciones 'Las Bodas de Isabel' cree que la ciudad no tiene capacidad para acoger más visitantes ni más grupos recreacionistas.

Fran Martín, con el hábito santiaguista en una jaima.
Fran Martín, con el hábito santiaguista en una jaima.
A.García/Bykofoto

¿Qué expectativas tiene con las Bodas de 2019?

Es el mejor año. Hay muchísima gente y las calles rebosan de público. Este año podemos batir el récord de visitantes.

¿Qué papel juegan los grupos recreacionistas en este éxito?

La Federación agrupa a 150 grupos con 5.000 recreacionistas. Sin nosotros, la fiesta sería distinta. La leyenda es la base, pero añadimos un decorado que hace que las Bodas sean diferentes a cualquier otra fiesta medieval por la masiva participación popular.

¿El crecimiento puede desembocar en un fiesta descontrolada, una especie de 'Vaquilla de invierno'?

Espero que no. Los grupos de la Federación trabajan bien. Tienen muy clara la calidad con que hay que desarrollar la fiesta. Espero que los jóvenes se integren entendiendo que es completamente diferente de la Vaquilla. La gente se pregunta si las Bodas se pueden convertir en la Vaquilla de invierno, yo me pregunto si se puede medievalizar la Vaquilla. Cada fiesta lleva su camino, son diferentes y los dos validos. Son incomparables en todos los sentidos.

¿Puede morir de éxito por una afluencia de público inasumible?

Mas bien hay riesgo de morir por falta de capacidad de acogida. La ciudad da de sí lo que da. Cada año trabajamos para extremar las medidas de seguridad, pero la afluencia a algunos actos, como la muerte de Diego, ha tocado techo.

¿Está Teruel al límite de público?

No cabe  más gente. Hay actos en los que el acceso queda bloqueado por falta de espacio. La seguridad está bien resuelta. No ha habido que lamentar ninguna desgracia. Pero, si sigue aumentado el público, había que plantearse el control de aforos en algunos espacios y momentos.

¿Pueden surgir nuevos grupos?

La cifra de asociaciones de las Bodas está estabilizada. Aunque hay algún intento de montar grupos, al conocer los requisitos, empezando por una memoria histórica, se enfrían. También hay un problema de ubicación. No sé donde se podrían meter. No hay ni un metro cuadrado libre en el Centro Histórico y su entorno.

Las órdenes militares se encargan de abrir los espacios para la escenificación. ¿Es complicado en una fiesta tan masificada?

Normalmente la gente colabora. La muerte de Diego es muy complicada para los templarios, que abren espacio para la escena, por la gran afluencia de público. Hay gente que espera dos horas para ver un acto y luego resulta que se tiene que marchar para dejar hueco a la representación. A veces no se lo toman bien. Actuamos con tranquilidad, paciencia y buenos modales. Pero también hay que aguantar algún chaparrón.

¿Es caro pertenecer a un grupo?

Una cosa es salir vestido de época y luego los costes añadidos, que se pueden disparar. Cada grupo hace una inversión fuerte el primer año para comprar jaima, mobiliario, hogares y ropa que represente fielmente la época. A partir de ahí, el límite lo pone cada cual. Se puede confeccionar un traje medieval comprando tela que cuesta 30 euros o gastarte 500 euros con pasamanería. El coste de pertenecer a un grupo ronda los 120 euros por persona de media. El equipamiento en vestuario y jaimas cuesta 1.200.000 euros y consumimos anualmente 500.000 en comida, servicios y suministros. Se mueve mucho dinero.

¿Las jaimas son solo decorado o acogen al visitante?

El vallado de seguridad de fuegos y puntos peligrosos de las jaimas no debe superar el metro de altura para no impedir la visión del público. Todas están abiertas al visitante y seguramente en todas le invitarán a una cerveza o un vino. No son acotados privados.

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