Las antiguas minas abandonadas, el refugio preferido de los murciélagos

Un estudio constata la buena salud de este mamífero en 15 colonias analizadas.

Colonia de murciélagos de herradura en los Mases del Manzano de Pitarque
Colonia de murciélagos de herradura en los Mases del Manzano de Pitarque
Luis Lorente

La población de murciélagos goza de buena salud en la provincia y su lugar predilecto de hibernación y cría son las minas abandonadas. Según un estudio de los quirópteros amenazados llevado a cabo en 2018, en la provincia viven unos 10.000 ejemplares cavernícolas –en cuevas y minas–, mientras que el número de individuos de especies forestales o generalistas es más difícil de determinar por su dispersión.

Dos de los principales refugios investigados, la cueva de las Baticambras en Molinos y los Mases del Manzano en Pitarque, han incrementado su población notablemente desde el primer censo, en los años noventa del siglo XX, hasta hoy. Entre los factores que ha propiciado esta evolución favorable destaca la tranquilidad que impera en la caverna tras el cierre de la entrada, y la reparación de las masías, propiedad de la DGA.

El estudio, llevado a cabo por Luis Lorente y José Manuel Sánchez, ha sido promovido por el Departamento de Desarrollo Rural. Lorente destaca la importancia de los quirópteros como eficaces controladores de las plagas forestales y agrícolas al ser grandes devoradores de insectos.

El trabajo analiza la situación de 15 refugios, de los cuales en torno a la mitad pertenecen a la Red Natura 2000, lo que les garantiza protección. Las informaciones aportadas por el club El Farallón, dedicado a la espeleología, han sido fundamentales para detectar nuevas colonias.

De los 15 refugios investigados, 9 son antiguas minas, 4 cuevas kársticas y 2 edificios abandonados. Entre los pocos lugares que gozan de una ocupación permanente figura la cueva de la Humera, en San Agustín, que, además presenta la peculiaridad de albergar a todas las especies cavernícolas conocidas en Aragón.

Entre los enclaves más interesantes, figura la cueva de las Baticambras, estudiada desde los años 60 del siglo XX. En 1990, el primer censo de murciélagos fijó la población en 200 ejemplares. La estimación de 2018, efectuada a partir de fotos digitales, eleva la colonia hasta 450, "la cifra más alta que se ha registrado en el refugio", según el informe. En los Mases del Manzano, utilizados como lugar de cría, se detectaron 166 ejemplares de dos especies en 1994 mientras que el año pasado los recuentos se dispararon a 620.

Respecto a las especies forestales son particularmente ricas las sierras de Albarracín y de Gúdar porque sus "bosques maduros" presentan numerosas oquedades y agujeros que sirven de nido y además garantizan el alimento.

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