Quejas por las nuevas tarifas de una residencia de Teruel

Desde la gestión de la residencia apelan a que la subida de precios es debido a un incremento en los servicios prestados.

Residencia Padre Piquer, Teruel.
Residencia Padre Piquer, Teruel.
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Las nuevas tarifas de precios de la residencia privada Padre Piquer, al cerrarse este centro del Ensanche turolense y abrirse uno nuevo en el barrio de San León, han generado quejas entre familiares de los residentes. En algunos casos la subida supera los 400 euros. Los inquilinos de unas habitaciones individuales que en 2014 se promocionaron a 1.121 euros al mes tendrán que pagar 1.550 euros si quieren ir al nuevo edificio. Esa oferta fijó en 969 euros el coste de algunas estancias dobles compartidas, una modalidad que ahora valdrá 1.300 euros. Las habitaciones individuales no sujetas a dicha promoción cuestan 1.325 euros y luego, 1.550. "Son gente muy mayor y muy vulnerable; algunos llevan allí muchos años. No es ética esa subida", denuncia José Luis García, familiar de un residente. Según señala, "hay usuarios a los que ahora no les llega la pensión y se ven abocados a buscar un nuevo hogar".

La directora del Área de Mayores de la Fundación Rey Ardid –gestora de la Padre Piquer y de la nueva residencia en San León–, María Vázquez, niega que se trate de un aumento de precios porque "es un cambio de servicios; se cierra un edificio y se crea otro". Explica que se ha ofrecido a los ancianos  "la opción de cambiarse" y, "por deferencia, la posibilidad de elegir habitación". Añade que, mientras la Padre Piquer era exclusivamente para válidos y solo ofrecía manutención y una atención geriátrica básica, el nuevo centro contará con servicio médico, de enfermería, fisioterapia, trabajadora social, terapia ocupacional y animación sociocultural. "Requiere subir el precio", subraya.

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