Una pareja turolense marca tendencia con sus pajaritas de madera

Las innovadoras piezas, elaboradas por Leticia Sanz y Carlos Fuertes de forma artesanal, se suman a la tendencia de los relojes y las gafas en este material.

La primera boda en la que el novio luce la pajarita de madera de Rebonicas.
La primera boda en la que el novio luce la pajarita de madera de Rebonicas.
Rebonicas

La nueva tendencia de utilizar la madera como un elemento más de nuestro armario se sigue abriendo paso en Aragón. Tras las gafas y los relojes hechos a base de este material, desde un pequeño pueblo de Teruel, Pozuel del Campo, población de 70 habitantes ubicada a 67 kilómetros de Teruel, llegan estas pajaritas de madera realizadas sobre una pieza única y completamente a mano, como reivindican sus creadores: Leticia Sanz y Carlos Fuertes.

“La idea nace tras ver un modelo de pajarita de madera en la boda de unos amigos. A mí siempre me había gustado trabajar con este material y se me había dado bastante bien todo esto por lo que pensé que podría hacerme una a mí mismo”, recuerda Fuertes.

Una vez en el evento, su pajarita causó verdadero furor. “Todo el mundo me preguntaba que dónde la había comprado, que cómo la había conseguido… nos chocó bastante la reacción de la gente por lo que pensamos en que podríamos hacer alguna más”, añade el creador.

Y así nacería ‘Rebonicas’, una colección de pajaritas de madera “hechas a mano desde el principio y hasta que llegan a la caja, sin pasar por ningún tipo de intermediario”, reivindica Sanz, procedente de Argente, otra localidad turolense. “Estamos en una edad en la que todos tenemos varias bodas al año, pensamos que era un artículo que podría resolver muchos problemas a nuestros amigos y conocidos”, prosigue.

Y, dicho y hecho, comenzaron a innovar en modelos, colores, tamaños y telas distintas que se adaptan a cada personalidad. Desde los estampados más coloridos y curiosos hasta los clásicos azul marino o rojo para la gente menos transgresora. “La mayoría de nuestros primeros contactos se han decantado por algo más original a juego con las prendas de sus parejas”, explica Fuertes. Por supuesto, también existen pajaritas de madera para ellas. “Como podemos elegir la tela es un producto 100% adaptable y personalizable”, continúa.

En cuanto al nombre de la marca, ‘Rebonicas’, tampoco es casual. “Queríamos un nombre aragonés, y esta expresión significa “muy guapas”. “Es una de las primeras expresiones que nos dicen nuestros amigos nada más ver las pajaritas”, bromea ella. De ahí nacería también su eslogan: ‘Hacemos cosas rebonicas para gente rebonica’.

En cuanto el proceso de realización de cada una de estas pajaritas, puede oscilar entre los 40 minutos y una hora. “Empezamos cortando varias piezas de un mismo listón de pino, se corta, se lija y finalmente la teñimos con aceites naturales”, explica Sanz. El siguiente paso consistirá en la confección de la cinta donde colocamos a mano los broches y enganches, así como la costura de la cinta central”, indica.

Además, en esta fase previa han creado dos modelos diferentes, en madera clara o madera más oscura. Finalmente, la presentación final del producto también tiene que ver con el mensaje de marca de ‘Rebonicas’, ya que se trata de un producto natural y sostenible: “para su distribución nos hemos decantado por una caja pequeña de kraft, con un papel de seda en su interior y todo ello cerrado con un lazo a base de cordel”. “Buscábamos sobre todo materiales biodegradables y que fuesen lo más natural posible, y que tuvieran que ver estéticamente con nuestro concepto”, afirma Sanz.

La joven pareja turolense comenzó con este proyecto como un pasatiempo, que coincidió con la pérdida de empleo de Sanz a finales del año pasado. “La verdad es que me vino muy bien para entretenerme y dedicar mi tiempo a un proyecto que me ilusionaba”, asegura. Ahora que ambos tienen su propio empleo, ven en un proyecto artesanal una alternativa para ocupar sus fines de semana y conocer Aragón de mercadillo en mercadillo.

“Hasta el momento habremos repartido unas 40 pajaritas entre familiares, amigos y conocidos, pero de momento no queremos obtener ningún lucro de esto, sino disfrutar del proceso sobre todo al ver que es tan valorado”, explica Fuertes. Y es que, ambos coinciden que en que es un orgullo que alguien luzca un producto hecho a mano con tanto cariño: “para nosotros es muy emocionante ver cómo funciona el boca oído y nos siguen pidiendo nuevas pajaritas”.

“La madera es nuestro límite”

Modelos para niños, combinaciones para padre e hijo, modelos a juego con el vestido de la pareja… la variedad es tan grande como la imaginación. “La madera es nuestro límite, dentro de eso podemos hacer casi cualquier cosa”, afirma el joven, quien a lo largo de su vida ha remodelado desde varias bicicletas y motocicletas hasta su propia furgoneta, completamente camperizada a base de madera.

Uno de sus últimos encargos fue de 14 pajaritas que viajaron directamente hasta Monreal del Campo, en concreto hasta una de las peñas del municipio, en la que decidieron homenajear así a uno de sus miembros el día de su boda. “La pajarita del novio iba grabada con la fecha y el nombre del matrimonio”, indican. “Nos gusta la idea de reinventarse y crear algo nuevo. Para nosotros es como dejar nuestra huella en el mundo”, concluyen.

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