La feria taurina, organizada contra reloj por un joven empresario turolense

Cuando se daba todo por perdido y parecía que la plaza de toros de Teruel cerraría sus puertas a las corridas por falta de un gestor, surgió la sorpresa y se anunció la Feria del Ángel tal y como pedía el pliego de condiciones para el arrendamiento del coso. La corrida de rejones y las dos corridas de toros estaban aseguradas de la mano de Toroter. La adjudicación por el Ayuntamiento se concretó el pasado 11 de junio, con menos de un mes de antelación respecto al primer festejo programado.

Después de meses de incertidumbre, un industrial de la ciudad y sus dos hijos –todos ellos vinculados al mundo del toro– asumieron la explotación. Una de las tres empresas que se presentaron al concurso, la de Antonio Sanz de Córdoba, se retiró al no poder presentar la documentación exigida. Tras esta primera criba, quedaron dos: la de Francisco Chacón de Vitoria y Toroter de Teruel. Ganó Francisco Chacón, pero a los pocos días también abandonó el barco excusándose con el absurdo de que había muy poco tiempo para preparar la feria. Ya lo sabía cuando presentó la oferta.

Con este panorama y con Toroter en solitario, el Ayuntamiento se vio entre la espada y la pared y no tuvo otra solución. O esta empresa o no habría toros en las Fiestas del Ángel. Como el asunto se lo habían tomado con una calma desesperante, urgía dar una solución rápida pues el toro, y nunca mejor dicho, le podía pillar. Las consecuencias podían ser graves con unas fiestas centradas en los toros que, por primera vez, se quedaban sin feria taurina.

A Toroter no le ha tocado la lotería precisamente. No está la plaza ni la afición en sus mejores momentos. Aquí, como en otros muchos municipios, la fiesta de los toros empieza a no estar entre las preferencias del público.

La ciudad tiene la población que tiene –la más baja entre las capitales de provincia–. En 83 años de existencia de la plaza se ha puesto dos veces el cartelito de "no hay billetes", y en seis se ha llenado. Una circunstancia a tener en cuenta antes de exigir figuras y protestar ante esos nombres repetidos hasta la saciedad de toreros que no interesan a nadie. No hay dinero y no hay público en los tendidos, y esto resta fuerza para exigir.

El esfuerzo de Toroter hay que valorarlo en su justa medida y dejar trabajar. Si se equivocan, los primeros perjudicados serán ellos. Si lo hacen bien, mejor para todos, para la ciudad, para la afición y para la fiesta y sobre todo para los empresarios. En 72 horas montaron la feria y han conseguido dar toros en su ciudad. No ha sido una decisión a lo loco. Ha sido meditada y no de ahora.

Los carteles

La feria taurina da comienzo este domingo, con una corrida de rejones con reses de la ganadería portuguesa de Passanha. No es la primera vez que lidia en Teruel. En el cartel está el rejoneador luso Rui Fernandes, muy conocido de la afición pues aquí debutó cuando era muy joven, repitiendo en otras ocasiones y consiguiendo triunfos, incluida una salida a hombros por la puerta grande.

La estrella de la tarde es el extremeño Leonardo Hernández, que bien podría ocupar el tercer puesto en el escalafón de rejoneadores tras dos monstruos del rejoneo de todos los tiempos: Pablo Hermoso y Diego Ventura –decir quién es el mejor de los dos resulta arriesgado–. Para cerrar cartel, se ha contado con la francesa Léa Vicent, que se ha ganado el respeto de los públicos de toda España y, lo que es más importante, el de sus compañeros de profesión.

El 6 de julio, romperá plaza El Fandi, torero visto y revisto en esta ciudad. Hará su paseo número diez –que ya está bien– y en su haber de trofeos cuenta con 12 orejas y dos puertas grandes. Sebastián Castella nos visita por octava vez. El francés goza de buen cartel en Teruel, y después de su gran triunfo en el pasado San Isidro en Madrid renacen las ganas de volverlo a ver. No suele defraudar y su entrega es notoria. Aquí conoce las mieles del triunfo ya que se ha ido a hombros en dos ocasiones por la puerta grande, y proclamado triunfador de la feria turolense en una ocasión.

El joven torero toledano Álvaro Lorenzo es uno de los más esperados por la afición de toda España. Debuta en Teruel y ojalá podamos disfrutar de ese toreo clásico que atesora. Comenzó bien la temporada y salió a hombros de la primera plaza del mundo como es Madrid, y eso ya es una garantía. Los toros son de la ganadería de Torrealba. Su encaste es Domecq y lidia por primera vez en esta plaza.

Para cerrar la feria, se ha contado con el sevillano Manuel Escribano, Javier Cortés –que viene con buen cartel después de su paso por San Isidro, donde resulto cogido de cierta gravedad– y el valenciano Sergio Cerezos. Los toros serán de Los Bayones, de encaste Atanasio Fernández-Lisardo Sánchez.

Es lo que hay, no hubo tiempo para más, y gracias. Que la precipitada feria salga todo lo bien que se pueda uno imaginar. Porque si la cosa estaba algo complicada, la última corrida además coincide con la final del Mundial de Fútbol. Por esta razón, la empresa adelanta este festejo a las 18.00. Toroter quiere hacer las cosas bien y sabe lo que hay. Nadie les ha dicho que dos y dos son cinco. Suerte.