A falta de una semana para los días grandes de las fiestas turolenses, en los que las peñas y los toros son los únicos protagonistas, los más de nueve mil socios que integran esta populosa celebración ya se preparan para tener disponible su equipación. El traje –pantalón y camisa blancos– no puede faltar, pero es  imprescindible el ‘kit’ que personalizará sus indumentarias, en el que destaca el escudo anual con el nombre de cada peña.

Los locales de estas agrupaciones se han convertido esta semana en un hervidero de gente; de peñistas que se reencuentran después de un año sin verse y que acuden a recoger las pulseras con las que obtienen descuentos en las bebidas y comidas que consumen, los escudos para coser en las casacas negras y obsequios de diversa índole.

En el Chasco, que cuenta con alrededor de 600 socios, regalan camisetas de color rojo. Ayer fue el último día para recoger "los bártulos", como se llaman popularmente estos enseres, según confirma el presidente de la peña, Óscar Romero. "El martes empezamos el reparto y también la inscripción de algunos socios que se han dado de alta", aclaró el peñista, tras asegurar que para abrir boca, el día 16 se organizó una paella con todos ellos. Romero, que ejerce también como secretario de Interpeñas, confirma que la demanda para inscribirse en estas agrupaciones ha subido este año, de tal manera que en algunas se han registrado listas de espera.

En el Ajo, con más de 800 socios, también este sábado es el último día para retirar el equipo, en el que destaca una práctica riñonera. David Igual, de la directiva, sostiene que la cuota para la inscripción, de 95 euros, solo ha subido 5 en los últimos doce años.

Mientras tanto, la presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico, María José Izquierdo, prepara un listado de preguntas para el pleno municipal del lunes sobre los ruidos y la suciedad que se generan en estas fiestas.