La Patrulla Águila enamora a los turolenses con sus acrobacias en homenaje a los Amantes

Las piruetas que siete pilotos del Ejército del Aire realizaron este sábado con aviones Caza C-101 sobre el cielo de Teruel para conmemorar el 800 aniversario de los Amantes entusiasmaron a los miles de vecinos y turistas que se habían apostado en el paseo del Óvalo, el parque de la Glorieta y los dos viaductos para disfrutar del espectáculo, nunca antes visto en la ciudad.

La Patrulla Águila, el escuadrón de élite al que pertenecen los siete pilotos –profesores de la Academia General del Aire de San Javier (Murcia)–, inició su programa dibujando entre las nubes un corazón rojo atravesado por la flecha de Cupido que despertó la admiración del público. Después, en formación cuña, efectuó una entrada en ‘looping’ –círculo vertical– que igualmente arrancó fuertes aplausos de la gente.

Las acrobacias, que cobraron vistosidad al estar los aviones pintados en rojo y blanco y utilizar humo de colores, incluyeron el trazado en el cielo de hojas de trébol y lo que el capitán Luis Verjano, a través del sistema de megafonía instalado en el Óvalo, denominó ‘sacacorchos’, en el que los aviones evolucionaban en el cielo en espiral, una maniobra ante la que los espectadores contuvieron el aliento.

Los caza C-101 sobrevolaron la población dibujando la bandera de España con sus estelas y también formaron una flecha, con algunos de sus aviones en posición boca abajo, haciendo gala de una gran coordinación y precisión. Todas las maniobras se realizaron sobre el paraje de la Muela, una especie de meseta elevada –a unos 4 kilómetros del casco urbano– visible desde el Paseo del Óvalo, que se convirtió en un verdadero balcón urbano desde el que contemplar la exhibición.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, se mostró muy satisfecha de haber logrado que el espectáculo aéreo, al que calificó como uno de los principales dentro de la programación por el aniversario de los Amantes, se realizara en la ciudad mudéjar. Destacó que la orografía de la localidad permitía ver a los ases de la aviación "más cerca que en otras ciudades" en las que no existe un punto dentro del entramado urbano desde el que contemplar la exhibición.

Desde las once de la mañana, casi dos horas antes de que la Patrulla Águila empezara a surcar los cielos de Teruel, el Paseo del Óvalo registró una actividad inusual. Así lo explicó el camarero de uno de los muchos bares que hay en la zona, David Salazar, quien relató que a horas bien tempranas muchos turolenses y visitantes intentaban conseguir mesa en las terrazas para poder seguir el espectáculo desde un sitio privilegiado.

"Hemos venido de Zaragoza solo para verlo. Somos fan de estas exhibiciones aéreas", explicaba Cristina Guillén, acompañada de 3 personas más. Ramiro Domingo, vecino de Utrillas, también viajó a Teruel para presenciar las acrobacias de un escuadrón de aviones, "algo que solo hemos visto por la tele". Junto a él, una pandilla de jóvenes no ocultaba su interés por el acontecimiento. "Esto es algo novedoso para nosotros y no queríamos perdérnoslo", dijo uno de ellos, Alberto Giménez.

La Patrulla Águila, una de las mejores del mundo en acrobacias, buscó para Teruel un programa especial, con alusiones al amor, de ahí que finalizara la actividad dibujando nuevamente un corazón en el aire.