El Arquillo recupera la normalidad cuando hace dos meses estaba en emergencia por sequía

Un informe de la CHJ de abril devuelve el nivel verde al pantano que abastece a la capital.

El vaso del embalse del Arquillo, prácticamente lleno en la actualidad.
El vaso del embalse del Arquillo, prácticamente lleno en la actualidad.
Javier Escriche

El último informe sobre la evolución de la sequía en la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) certifica la mejora de la situación del pantano del Arquillo y le aplica la calificación verde o de "normalidad", cuando hace solo dos meses estaba en su nivel más bajo desde la sequía de 1995 y recibía la etiqueta roja o de "emergencia", la peor consideración posible y tres escalones por debajo de la actual. Las intensas lluvias de marzo y abril han conseguido corregir la delicada situación del pantano y subir su volumen de agua hasta los 18,6 hectómetros cúbicos, el 88,6% de su capacidad, de 21 hectómetros cúbicos.

El informe de sequía de marzo ya constataba la subida el embalse, que del rojo pasó al amarillo de prealerta –los cuatro escalones son emergencia (rojo), alerta (naranja), prealerta (amarillo) y normalidad (verde), de más a menos sequía–. El caudal de entrada en el pantano ha seguido la misma evolución del agua embalsada y también recibe en el informe de abril la calificación verde, frente al rojo del pasado febrero.

En la cuenca del Alfambra, la situación sigue sin normalizarse. La estación de aforo de Villalba Alta, a pesar de la evolución favorable, está en nivel de prealerta. Las reservas del Arquillo y el caudal de entrada al pantano son los dos mejores indicadores de entre los siete analizados en la cuenca del Turia.

El volumen almacenado en el Arquillo, uno de los 34 indicadores manejados por la CHJ en sus informes mensuales de seguimiento de la sequía, cayó al nivel rojo o de emergencia en diciembre de 2017. La situación se invirtió a partir de marzo pasado, con copiosas lluvias en la cabecera del río Guadalaviar hasta normalizar la situación.

La caída hasta 2,8 hectómetros cúbicos al terminar febrero –el 13% de la capacidad– obligó al Ayuntamiento de Teruel y a la CHJa tomar medidas de ahorro y a renunciar al pantano como principal fuente de suministro en beneficio de los pozos de San Blas. La mejoría permitió levantar el pasado mes de abril las restricciones y también volver al embalse como abastecedor principal de la capital.

La mejora de la situación ha permitido reanudar el desembalse para regar. El pantano liberaba ayer 487 litros por segundo entre caudal para riego y ecológico. Una portavoz de la CHJ explicó que no se completará el llenado de la presa para dejar un colchón que pueda contener una hipotética avenida del Guadalaviar. La misma fuente añadió que el margen de seguridad oscila en función de la época del año, con máximos entre diciembre y mayo. El próximo mes de junio el embalse se llenará hasta los 19 hectómetros cúbicos, dejando dos para la retención de crecidas.

El concejal de Medio Ambiente, Julio Esteban, explicó que, a pesar de la buena situación del embalse, el Ayuntamiento seguirá adelante con sus planes de realizar cinco sondeos de investigación en busca de reservas complementarias. Aunque la localización de acuíferos "no urge tanto" como hace unos meses, los planes de perforación siguen en marcha. "No podemos esperar a que se planteen problemas de abastecimiento para buscar alternativas", señaló Esteban.

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