Por
  • Francisco Javier Juárez Gracia

El ferrocarril de Teruel y de Aragón

De otra época. La línea Sagunto-Teruel-Zaragoza, de vía única y sin electrificar, mantiene el mismo trazado que tuvo en sus orígenes, a principios del siglo pasado. La falta de inversiones ha impedido su modernización. En la fotografía, un tren de viajeros procedente de Valencia se acerca a la capital turolense hace escasos días.
En la fotografía, un tren de viajeros procedente de Valencia se acerca a la capital turolense.
M. A. Moreno

Este mes se cumple el 85 aniversario de la línea Caminreal-Zaragoza. Una línea férrea que siempre llegó tarde para sacar a Teruel de su aislamiento, siendo la última capital de provincia en incorporarse a la red ferroviaria.

A Teruel llegó tarde el primer ferrocarril en 1901, el Calatayud-Sagunto, con 299 km y 40 estaciones, tan necesario para transportar con rapidez sus enormes riquezas agrícolas, ganaderas y mineras; y tardó nada menos que 32 años en conseguir su enlace con Zaragoza, el Caminreal-Zaragoza, siempre con subastas desiertas y tirando de prórrogas en sus concesiones para acabar las obras. Pero desde el principio demostró su importancia: durante el primer mes de 1933 se despacharon 4.000 billetes de viajeros y 3.000 toneladas de mercancías. ¡Qué diferencia con los billetes que se despachan ahora!

La tardanza se vuelve a repetir casi un siglo después. La alta velocidad entre Teruel y Zaragoza se diseñó como complemento al AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona. Se gastaron en la construcción de la línea entre Teruel y Zaragoza más de 212 millones de euros, para 113 km (6 tramos), entre 2002 y 2008, fecha de la última inauguración de un tramo (Teruel-Cella), para conseguir el ferrocarril más lento de España (75 km/h). Porque de la alta velocidad prometida siguen faltando los 60 km de los tramos Villarreal de Huerva-Cariñena (puerto de Paniza) y Caminreal-Ferreruela (puerto de Cuencabuena); a pesar de que ambos disponen de un estudio informativo de 2001. Desde sus inicios, tanto el PP como el PSOE se han echado en cara mutuamente que no era doble vía y electrificada, prometiendo ambos realizarla.

De ese diseño inicial de lanzadera a Zaragoza se pasó, tras la negativa de incorporar Teruel al AVE Madrid-Valencia que reclamaba, y como burda compensación, a prometer desde 2004, por tres ministros de Fomento (Magdalena Álvarez, José Blanco e Íñigo de la Serna), un Corredor Cantábrico- Mediterráneo de alta velocidad, a 250 km/h, con doble vía electrificada, para mercancías y pasajeros. De este proyecto no hemos visto aún nada de nada. Mientras, vascos, navarros y riojanos ya lo están ejecutando, con inversiones veinte veces superiores a los escasos arreglos prometidos para Teruel. La importancia de la línea es más que demostrable, ya que con la poquísima inversión realizada se ha pasado de dos trenes semanales de mercancías a entre 25 y 28 trenes en la actualidad.

Y todo, por la desidia de las sucesivas administraciones. Mientras la antigua estación de Zaragoza-Delicias fue rehabilitada cuando se hizo la nueva, la de Caminreal permanece abandonada. Ambas son Bien de Interés Cultural y obra del mismo arquitecto, Luis Gutiérrez Soto.

Seguimos reivindicando la realización de los dos únicos tramos que faltan para convertir en alta velocidad todo su trazado, los puertos de Cuencabuena y Paniza, que nos permitirían realizar el trayecto entre Teruel y Zaragoza en 1 h 10 mn; y con un Talgo 730 (mixto diésel-eléctrico), con el intercambiador de Zaragoza se podría realizar un enlace directo Teruel-Madrid en 2 h 30 mn, como paso mínimo para afianzar la línea. Y por todo ello, y considerando que con actuaciones como las descritas se despuebla nuestro territorio porque nos roban las oportunidades de desarrollo, confiamos en ver a todo Aragón, el próximo domingo 6 de mayo a las 11 de la mañana en Zaragoza, defendiendo el auténtico ferrocarril de Aragón, que pasa por Teruel.