La Guardia Civil atiende 76 incidencias relacionadas con artefactos explosivos

A lo largo de 2017, 640 artefactos explosivos fueron destruidos por la Guardia Civil en la provincia de Teruel. Un total de 76 incidencias relacionadas con artefactos que datan de la Guerra Civil y están compuestos por 44 proyectiles de diversos calibres, 23 granadas de mano de diversa tipología, 557 granadas de mortero y 1 bomba de aviación. Además de 1.040 detonadores, 311 sustancias explosivas y 6 carcasas pirotécnicas.

Y es que Teruel fue escenario de numerosas y cruentas batallas durante la Guerra Civil, por el que 79 años después siguen apareciendo abundantes proyectiles de la época. La labor de prevención y las recomendaciones que la Guardia Civil difunde por la provincia respecto al peligro que entraña el almacenamiento de proyectiles siguen dando sus frutos. Son el Equipo de Búsqueda y Localización de Explosivos (EBYL) de la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel, junto con el GEDEX de la Comandancia de Zaragoza, los que se han encargado de atender todas estas incidencias.

Recomendaciones

Pese al paso del tiempo, la Guardia Civil insiste en la peligrosidad de estos artefactos y da una serie de recomendaciones en caso de que nos encontremos frente a uno. En primer lugar,  no se debe manipularse de ninguna manera, es decir, ni moverlo ni tocarlo ya que en muchas ocasiones existe un exceso de confianza debido al aspecto deteriorado del artefacto por la acción del óxido y el paso del tiempo. Sin embargo, la mayoría tienen intacta su carga explosiva y son muy peligrosos.

Una vez encontrado el artefacto, se debe señalar el lugar y avisar a la Guardia Civil de la manera más rápida posible. En el caso de que alguna persona tenga en su domicilio algún objeto que considere peligroso hay que dar aviso cuanto antes. La atención de estas incidencias es prioritaria, y no hay ningún tipo de sanción.

Se desaconseja totalmente también transportar el objeto hasta un lugar apartado y abandonarlo allí. Ya que además del peligro inherente al transporte, se abandona un objeto peligroso a una situación descontrolada volviéndose más peligroso dado que puede sufrir acciones que le hagan explosionar. Igualmente es importante recordar que estos artefactos no explosionan espontáneamente (si no se les somete a alguna acción, manipulación, fuego…) por lo que ante su hallazgo hay que mantener la calma y seguir las recomendaciones dadas.