Las aves acuáticas se van de la laguna del Cañizar

La sequía y la deficiente gestión del agua del humedal están provocando el descenso gradual de las colonias de pájaros, según se deduce de su último censo.

Campaña de observación de aves de la laguna, hace dos años.
Las aves acuáticas se van de la laguna del Cañizar
Antonio García/bykofoto

La colonia de aves acuáticas está al borde de la desaparición en la laguna del Cañizar tras permanecer prácticamente seca a consecuencia de la acusada sequía que está sufriendo, especialmente, en los dos últimos años. El censo más reciente, realizado hace dos semanas, pone en evidencia que únicamente sobreviven en este humedal, situado a caballo entre Villarquemado y Cella, 27 especies de aves, de las cuales solo dos ejemplares son acuáticas.

Los dos especímenes observados cuya vida se desenvuelve en medios acuáticos son una garza y una ánade real, una cifra que contrasta con las más de 50 especies de estas características identificadas hace tres años.

El censo, el primero de los dos que planifica al año en la zona el grupo naturalista SEO/BirdLife, ha sido el resultado de las observaciones realizadas de forma simultánea con telescopios terrestres en siete puntos diferentes, instalados en todo el perímetro del humedal. Los veinte ornitólogos y naturalistas que participaron en este avistamiento pudieron comprobar el descenso paulatino que registran las poblaciones de aves en este ecosistema, que hasta hace unos años se caracterizaba por su gran riqueza medioambiental. La sequía que se está cebando con la comarca del Jiloca y la forma de gestionar el agua en la laguna, recuperada hace ocho años después de más de 300 desecada por la acción del hombre, han sido las principales causas de este desastre natural.

El humedal, surcado de canales artificiales, ha sido el origen de fuertes discrepancias entre agricultores de la zona y partidarios del mantenimiento de la laguna. Los primeros, que acusan a este enclave de la falta de riegos para sus cosechas, mantienen desde hace tres años abiertas las compuertas que impiden el embalsamiento del agua y por tanto el mantenimiento de una reserva mínima de caudales en el vaso. Desde entonces, la riqueza ornitológica, con varios cientos de pájaros anidando en la zona, ha caído en picado.

El vaso del Cañizar permanece ahora prácticamente seco, con unas pocas bolsas de agua, que contrastan con las 300 hectáreas inundadas de hace tres años. A esta situación también contribuyen las grandes extensiones de carrizos que crecen de forma invasiva y que, según el ornitólogo Emilio Bobed, "absorben la poca agua que queda". El único sistema de control natural de estas plantas lo ofrece por el momento la cabaña de la ganadería equina de la Dula, de La Puebla de Valverde, que este año pasa todo el invierno aprovechando estos pastos.

El delegado de SEO/BirdLife-Aragón, Luis Tirado, reconocía que la sequía está afectando gravemente a la laguna del Cañizar, en la que tan apenas quedan 10 hectáreas que se inundan. Pero considera que, aún en este estado, se trata de un ecosistema "que alberga una gran biodiversidad", con aves y especies botánicas que se resisten a desaparecer.

Tirado confía en que la situación pueda revertirse tras llegar el año pasado a un acuerdo con los agricultores que permitirá eliminar los canales de drenaje, abiertos artificialmente. Se pretende que tanto esta medida como otras actuaciones, entre ellas la construcción de una canalización desde la zona de las compuertas hasta el paraje de la Horca, facilite un mejor aprovechamiento de la laguna. "Creemos que la final todos estarán contentos de tener el humedal, que en definitiva también servirá de reservorio de agua para el verano", zanjó el naturalista.

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