La deuda municipal del Ayuntamiento de Teruel ha disminuido un 72,5% en los últimos siete años, según el balance económico de la institución dado a conocer ayer. El endeudamiento bancario ha pasado de 42,4 millones de euros a 14,4 en estos momentos, mientras que el impago comercial ­–que corresponde a proveedores de bienes y servicios­– alcanza actualmente 2,1 millones de euros frente a 17, 7 de 2010.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, destacó que las cuentas del Consistorio han ido experimentando una evolución positiva en este tiempo hasta lograr "una administración saneada". La regidora se vanaglorió de haber sido capaz el Ayuntamiento en estas últimas legislaturas de "pagar a proveedores en tiempo y forma". Según agregó, el Consistorio llegó a alcanzar una morosidad comercial de tal envergadura que se puso en riesgo la viabilidad de muchas pequeñas empresas, "que no eran capaces de asumir las obras por falta de recursos". "Ahora –agregó– supone tener en circulación el dinero".

Con todo, 2017 se cierra con cinco millones de euros menos de deuda que el ejercicio anterior. Concretamente, se ha pasado de un pasivo de 21,5 millones de euros en 2016 a tener a 31 de diciembre de este año 16,5 millones. Indicó que el nivel de endeudamiento llegó a situarse hace siete años por encima del 110%, cuando en estos momentos se encuentra en un 75%. "En 2018 esperamos alcanzar una ratio del 49%", concretó la concejala delegada del área de Hacienda, Rocío Féliz de Vargas.

Esta precisó que la deuda por habitante asciende en estos momentos a 465 euros, mientras que hace diez años superaba los 1.700 euros. A su juicio, la situación financiera favorable va a permitir que el Ayuntamiento pueda recurrir "a préstamos para acometer obras, algo que antes teníamos prohibido", refiriéndose a la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria. Destacó que facilitará que el Consistorio afronte el copago de cinco millones de euros del fondo europeo Edusi para llevar a cabo grandes inversiones, así como incrementar otras partidas dirigidas al mantenimiento y conservación de la ciudad.

La alcaldesa coincidió al señalar que el saneamiento de la situación económica municipal ha supuesto que "Teruel haya recuperado la capacidad de invertir". De hecho, según matizó, se han podido acometer importantes obras como la restauración del asilo de San Julián para su transformación en conservatorio y centro social.

Régimen de austeridad

Las medidas tomadas por el Ayuntamiento para contener el gasto se han basado en seguir escrupulosamente un régimen de austeridad económica, con tres tipos de actuaciones, según aclaró la alcaldesa. Explicó que se han recortado los gastos superfluos, "sin que se hayan visto reducidos los servicios básicos", y al mismo tiempo, han mejorado los contratos del Ayuntamiento, "con pliegos más ajustados y mejores concesiones administrativas".

Para completar el paquete de propuestas, Emma Buj dijo que el Ayuntamiento ha optimizado la recaudación de impuestos incidiendo exclusivamente en la morosidad. "Todo ello –aclaró–, sin aumentar la presión fiscal y sin gravar a los turolenses". "Solo –continuó– aplicando la máxima de que todos paguen por igual".

La alcaldesa insistió en que la Corporación municipal "ha cumplido con su plan de ajuste" sin perjudicar a los turolenses ni a los servicios básicos que se prestan en la ciudad. Y manifestó que desde el equipo de gobierno se mantendrá la misma estrategia seguida hasta ahora para ir reduciendo anualmente la deuda municipal. "Consideramos que es la línea de trabajo adecuada, y cuando algo funciona debemos seguir así", matizó la regidora turolense.