Diez días de pesadilla

Albalate y Andorra siguen conmocionadas por los trágicos hechos vividos entre el 5 y el 15 de diciembre, saldados con tres asesinatos cometidos por un pistolero, Igor el Ruso.

Funeral en Alcañiz por los dos guardias civiles asesinados.
Funeral en Alcañiz por los dos guardias civiles asesinados en Albalate del Arzobispo.
Antonio García / Efe

Cualquier reflexión a pie de calle sobre los trágicos sucesos acaecidos entre el 5 y el 15 de diciembre en Albalate del Arzobispo y Andorra va precedida de un silencio y de un suspiro. Un hondo respirar en busca de algo que decir. Los vecinos tratan de encontrar una explicación y luchan por separar el dolor de la indignación.

Hace apenas una semana los bajoaragoneses despedían en Alcañiz y Andorra a José Luis Iranzo, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, las tres personas que la tarde del día 14 asesinó Norbert Feher, alias Igor el Ruso. El mismo que ya dejó dos heridos por arma de fuego en Albalate del Arzobispo nueve días antes.

Las preguntas sin respuesta que se hace la calle se centran en ese intervalo. El 5 de diciembre, El Ruso hirió a Manuel Andreu y a Manuel Marcuello en el masico del primero cuando se toparon con él al ir a cambiar la cerraja. Lograron escapar y llegar al pueblo donde recibieron las primeras curas junto al cuartel por varios vecinos.

El suceso se produjo en una zona cercana al casco urbano y más concretamente a una senda muy concurrida. "No entiendo cómo una persona así ha caído aquí", se preguntó Mariano Abad. Es vecino de Albalate y uno de los que sufrieron el asalto a su masico diez días antes del primer tiroteo. En una noche se detectaron hasta diez propiedades forzadas por lo que se presume que Feher ya llevaba días por la zona. "Pensamos en los rateros de siempre que, por cierto, nos tienen hartos y con los que algún día puede haber otra desgracia en cualquier encontronazo. No sé si hay que endurecer leyes o incrementar vigilancia, pero algo hay que hacer", añadió. En este caso los robos se limitaron a comida, bebida y ropa.

Tras el primer tiroteo, se dieron más robos y con la misma dinámica, como hicieron saber los amigos de Iranzo el pasado jueves. "Denuncias por entradas en masías con el mismo modus operandi que se sucedieron jornadas después del día 5 en un radio de pocos kilómetros", denunciaron ante los medios.

Una de las denuncias fue de la familia Capapé de Andorra. Su propiedad, ubicada a pocos metros de la de Iranzo, fue asaltada el lunes 11 y se llevaron bebida y comida. "La denuncia la pusimos el martes, el miércoles entraron a la finca de José Luis y el jueves sucedió lo que pensamos que se podía haber evitado", dijo Roberto Capapé. "Nadie nos advirtió de nada, de ningún peligro ni siquiera después de denunciar", aseguró. "Mis padres siguieron cogiendo olivas hasta el mismo jueves de los asesinatos a las cinco de la tarde", apuntó.

La denuncia de los Capapé es la continuación de la que presentaron los Pequerul un día antes. Esta familia de Albalate dormía en su masico situado a las afueras del pueblo en dirección a Andorra a un kilómetro del lugar del primer tiroteo, cuando en la madrugada del domingo al lunes 11 vieron a un individuo. Hizo ruido con un cubo y salió huyendo al percatarse de que le habían visto desde el interior de la casa. "Desde el primer suceso había miedo en el pueblo", relataron.

Desde el Consejo Local Agrario de Andorra denuncian la "indefensión ante las muchas carencias rurales. En este caso, la seguridad". Lo han hecho a través de un comunicado en el que "ruegan" una solución y reclaman los medios necesarios. Terminan reconociendo la labor de la Guardia Civil en el medio rural y denunciando "la falta de información" que ha sufrido la población durante estas semanas.

A esa crítica se suma Daniel Félez. "Si se hubiera avisado nadie hubiera ido al campo. Ha habido poca transparencia y poca información", afirmó. Es el presidente de la Cooperativa San Macario de Andorra. "Es vergonzoso que en diez días no pusieran más medios en buscar a una persona que iba con pistola", lamentó. Los acontecimientos de la tarde del jueves 14 le sorprendieron en la cooperativa junto a seis agricultores más que se disponían a descargar. La noche se llenó de bulos vía móviles y redes sociales. Mientras unos daban al Ruso por muerto, otros lo ubicaban en una cafetería de Andorra con rehenes. "Empezaron a llegar noticias cruzadas de otro tiroteo, más muertos... Un caos", explicó. Con la triste confirmación de la muerte de su compañero, permanecieron encerrados hasta las diez de la noche ya que recibieron la orden de que nadie saliese a la calle. Igual que en Albalate, donde se dio la misma pauta ya que el asesino, lejos de estar atrincherado o muerto, había escapado.

Las tierras que trabaja Félez están en Andorra pero en dirección a Calanda. Otro municipio que trata de asimilar la muerte del calandino Víctor Romero, uno de los guardias civiles y la más joven de las tres víctimas. Esa noche, paisanos suyos se encontraban en Zaragoza a punto de vivir el que iba a ser un momento especial con la representación en el Teatro Principal de ‘Buñuel del deseo’, de la compañía Danza Aragonesa y que contó con tambores y bombos.

"Víctor procede de una familia humilde y trabajadora y desde niño ha estado muy involucrado en la vida del pueblo". Así lo recuerda Manuel Royo, uno de los que recibió la noticia esperando para tocar el bombo. "Calanda está dolida por estas muertes y por cómo han sido a manos de un criminal de este calibre. Creo que nos ha superado a todos", dijo. Días después en redes sociales plasmó una aplaudida reflexión en la que recordó 2012, año de continuadas protestas mineras y época en la que era alcalde. "Como ya escribí, hablar a toro pasado es fácil, pero entonces solo pedíamos el cumplimiento de un plan pactado con el Gobierno y no tardamos ni cinco horas en recibir a cuatro furgones de los GRS -unidad especializada de la Guardia Civil- durante varios días", añadió.

El día 14, de regreso de Zaragoza, se encontraron con amplios controles para llegar a Albalate -con varios integrantes en el grupo de tambores-, mientras Feher ya estaba en Aguaviva. De hecho, ocho horas después de cometer el crimen, en la madrugada del día 15, el Ruso era detenido en una carretera de Mirambel tras sufrir un accidente. "Semejante dispositivo se debía haber desplegado antes porque hubo mucho miedo desde el día 5. Ahora hay rabia e impotencia", añadió Pili Ayuda, una de las tamborileras de Albalate.

La jota ha llevado a Andorra y al Bajo Aragón por todo el mundo gracias al abuelo de José Luis, José Iranzo ‘El Pastor de Andorra’, que aprendió a cantar en esos mismos parajes y la hizo internacional. Murió el año pasado a los 101 y pudo disfrutar del centenario. "Trabajamos estrechamente con José Luis para la celebración", explicó Alejo Galve, el presidente de la Peña El Cachirulo que lleva el nombre de José Iranzo y que mantiene la misma buena relación con la familia. De hecho, la misma tarde del 14, la madre de José Luis pasó por la sede. "Pasas por delante de la casa y se te cae el alma porque, ¿qué le dices a esa familia?", se preguntó.

Galve, secretario provincial de UGT, pidió explicaciones y "dimisiones si es preciso". Han trasladado al sindicato agrario UAGA -al que pertenecía Iranzo-, que se presentará como acusación, su disposición a colaborar. "Había una persona suelta por ahí con una pistola. Creo que eso no es normal", concluyó.

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