La Confederación del Júcar investiga un vertido de aguas residuales sin depurar en la capital

Procede de los años 80, de una conducción municipal que desemboca en la rambla del Baladín, junto al Polígono Sur.

Agua contaminada, embalsada en la rambla del Baladín.
Agua contaminada, embalsada en la rambla del Baladín.
A. G./bykofoto

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha abierto un expediente por los vertidos de aguas residuales sin depurar de una conducción municipal que desemboca en la rambla del Baladín, junto al Polígono Sur de Teruel. El órgano de cuenca investiga si las emisiones tienen lugar solo cuando se producen lluvias o de forma continuada ya que la respuesta sería distinta en cada caso.

El vertido sin depurar procede de los años ochenta del siglo XX de la combinación de aguas pluviales y fecales del barrio de la Fuenfresca que, en caso de tormenta, no pueden ser absorbidas por el colector que conduce el caudal a la depuradora municipal. La CHJ señala que, si solo se expulsan vertidos "en época de lluvias", se trataría de un hecho permitido hasta el 31 de diciembre de 2019, cuando, según la legislación, debería cesar. Aclara, no obstante, que la información ofrecidas sobre las circunstancias de la emisión son "contradictorias".

El vertido genera problemas de malos olores a las viviendas cercanas del Polígono Sur, contiguo al punto donde la canalización desemboca en la rambla que, a su vez, muere en el río Turia. El problema dio lugar en 2014 a la queja de un particular ante el Justicia de Aragón, que archivó el asunto al responder el Ayuntamiento que daría una solución aunque, finalmente, no ha dado el resultado deseado o no se ha aplicado.

El concejal delegado del servicio de aguas y alcantarillado, Juan Carlos Cruzado, dijo que el Ayuntamiento es conocedor del problema y señaló que la solución llegará con la finalización de la urbanización del Polígono Sur, atascada en la recta final por los problemas económicos de las dos empresas adjudicatarias, ambas actualmente en concurso de acreedores.

Cruzado explicó que el Consistorio y la DGA pretenden la resolución del contrato de urbanización –gestionado a través de la empresa municipal La Senda del Baladín– para buscar a continuación una salida que permita completar las obras. Reconoció, sin embargo, que la cancelación del contrato es complicada debido a la situación precaria de las constructoras encargadas de los trabajos.

Intensas tormentas

Los vertidos que recibe el barranco del Baladín resultan de la mezcla de agua de lluvia y de vertidos fecales. Cuando una intensa tormenta dispara el caudal de pluviales, este, mezclado con las aguas negras, desborda el colector de la depuradora. El sobrante se desvía a través del Polígono Sur hasta salir directamente a la rambla, cuyos margenes están salpicados de suciedad arrastrada por el vertido. Algunas pozas mantienen aguas sucias tras las riadas de forma continuada.

Ante la queja tramitada por el Justicia, el Ayuntamiento se comprometió en 2015 a recrecer la barrera del aliviadero para "minimizar" el impacto de los vertidos sin depurar, pero la medida no ha zanjado el problema ni las quejas vecinales se han acallado. También comunicó a la Confederación Hidrográfica del Júcar que "en episodios de lluvia" el sistema de saneamiento se puede "desbordar" en la rambla del Baladín.

En el año 2013 el entonces concejal de Izquierda Unida, José María Martínez, denunció la situación ante el pleno municipal y defendió una propuesta para que los caudales sin depurar que terminan en el citado barranco se derivaran a la depuradora municipal.

Juan Carlos Cruzado reconoció la necesidad de reconducir este vertido hacía la planta de depuración, situada cerca del lugar, en el barrio de Villaspesa. La mejora podría esperar, ya que el emisario de aguas residuales discurre por la Cuesta de los Gitanos, una vía que el Ayuntamiento prevé mejorar a corto plazo para convertirla en uno de los accesos principales a la ciudad.

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