A juicio seis acusados de crear una gran plantación de cannabis entre dos masías de Villarluengo

El fiscal pide para cada uno seis años y medio de cárcel y multa de 3 millones de euros por delito contra la salud pública.

Dos de los acusados, a su llegada ayer al juzgado.
A juicio seis acusados de crear una gran plantación de cannabis entre dos masías de Villarluengo
Jorge Escudero

Seis años y medio de prisión y una multa de 3 millones de euros es la condena que la Fiscalía de Teruel solicita para cada uno de los 7 acusados de haber creado entre dos masías de Villarluengo, Casa Sisca y Casa Castell, una gigantesca plantación de marihuana, la mayor de Aragón y una de las más grandes del país. La explotación fue desmantelada en noviembre de 2016 en una compleja operación de la Guardia Civil en la que participaron 30 agentes.

Seis de los acusados –el séptimo fue expulsado de España– se sientan desde ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal de la capital turolense como presuntos responsables de un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a un grupo criminal. Se trata de 4 hombres que trabajaban en la plantación de cannabis –de 12.000 metros cuadrados– ubicada en el entorno de Casa Sisca y del matrimonio que regentaba la Casa Castell y en la que se alojaban los anteriores. Todos ellos rechazaron ayer las acusaciones que se les imputan y afirmaron ser inocentes.

"Cambiar el mundo"

El primero en declarar fue un joven de 30 años natural de Barcelona que afirmó que la plantación de cannabis no iba dirigida al tráfico de drogas sino al aprovechamiento de las propiedades terapéuticas del cáñamo. Delineante de profesión y estudiante de arquitectura, no quiso responder a las preguntas del fiscal, pero sí a las de su abogada, a la que relató haber creado una empresa para el desarrollo de la investigación de semillas curativas con la que "cambiar el mundo". Subrayó que lo que él cultivaba en Villarluengo era "cáñamo industrial" y no plantas productoras de estupefacientes. "Yo solo quería semillas", agregó.

Con él trabajaron en la plantación un mecánico electricista, un pintor reparador y un agricultor que ayer declararon que en Villarluengo se cultivaba cáñamo industrial y que nunca dudaron de que se trataba de una explotación agrícola legal.

La mujer y el hombre que regentaban la Masía Castell explicaron que a mediados de 2016 apareció en la casa el joven de Barcelona diciendo que el padre de ella le había arrendado Casa Sisca y los terrenos anexos para el cultivo de productos ecológicos y que se alojarían en la Masía Castell, a 2,5 kilómetros de la anterior por un sendero. El matrimonio aseguró que su única relación con los otros declarantes es que comían y dormían en su casa.

En la hacienda fueron hallados casi 700 kilos de cannabis y un laboratorio donde experimentaban cómo aclimatar cada variedad de planta a las características de la zona, informó en su día la Guardia Civil, la cual destacó que la plantación estaba vallada y con sistemas de vigilancia.

Peritos en la causa del Jamón

Por otro lado, la Audiencia conocerá hoy 3 estudios periciales sobre las cuentas del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (CRDO) Jamón de Teruel dentro del juicio que se sigue desde el pasado martes contra 3 exdirectivos por un presunto delito de apropiación indebida. Las partes rechazaron ayer las declaraciones de 17 de los 28 testigos propuestos, al no estimarlas necesarias.

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