Un viaje de leyendas y de historia

El tren turístico es utilizado por decenas de miles de visitantes que acuden a la ciudad durante todo el año, pero en agosto registra sus mayores cifras de ocupación.

Un grupo de visitantes baja del tren turístico en la plaza del Torico tras el recorrido por los lugares más destacados de la ciudad.
Un viaje de leyendas y de historia
A. García/bykofoto

Durante todos los veranos, la plaza del Torico se convierte en el punto de partida de decenas de miles de turistas que se animan a conocer Teruel desde otra perspectiva, en su tren turístico. Ayer, como cada día, a las once de la mañana, Juan, el conductor del tren, arrancó los motores del vehículo acompañado de Cristina, la guía turística. Justo a la hora prevista, el automóvil se puso en marcha, dejando un espacio de la plaza vacío durante unos minutos, hasta que volvió a llenarse por los visitantes que esperaban el siguiente turno.

El primer destino del itinerario fue la torre de San Martín. En este punto, Cristina comenzó a contar la historia que esconde este monumento mudéjar y los pasajeros empezaron a inmortalizar todo con sus cámaras, para que nada quedase en el olvido.

El recorrido continuó con la explicación de fondo, el sonido de los flashes y alguna frase de sorpresa o incluso intriga. El trayecto recorrió puntos emblemáticos de la ciudad: el Torico, las torres mudéjares o la catedral de Santa María, que es considerada la Capilla Sixtina de este estilo artístico. Pero también lugares menos conocidos, que tal vez sin este paseo en el tren muchos no hubieran visto, como la Casa del Canónigo o el Palacio de los Marqueses de la Cañada.

Estos monumentos esconden leyendas que forman la propia historia de la capital. El toro y la estrella como símbolos de la creación de la ciudad, la lucha amorosa por la que se crearon las torres mudéjares o la popular leyenda de los Amantes de Teruel, son algunos de los relatos de los que los pasajeros disfrutaron mientras transitaban por los lugares que en su día fueron escenario de los mismos.

Después de cruzar las estrechas calles del centro de la ciudad en busca de los monumentos más escondidos, el trayecto se desvió a la zona del Ensanche, de aspecto muy distinto al estilo medieval del núcleo urbano. Un barrio que muchos de los pasajeros no habrían visitado si no hubieran hecho esta ruta.

Tras aproximadamente cuarenta minutos de recorrido, el tren volvió a la plaza para recoger a otra tanda de viajeros. Una acción que repite diariamente de once a una del medio día y de cinco de la tarde a diez de la noche.

Tras el viaje, la sensación general fue muy positiva. Los visitantes, que llegaron desde todos los puntos del país y algunos del extranjero, se bajaron satisfechos. "Resulta muy interesante porque venimos sin mucha información, un poco a la aventura, y este recorrido te da una panorámica muy completa de los monumentos y la historia de Teruel", comentaba una familia sevillana, de vacaciones en la sierra de Albarracín y que se acercó para conocer la capital de la provincia.

A otros la visita les sorprendió desde el principio. Como es el caso de dos parejas de jubilados de Barcelona, a los que el descuento en su billete –con un precio de 3,5 euros la tarifa normal y de 2,5 euros para los niños de 4 a 10 años y los mayores de 65– les pilló por sorpresa. "No habíamos preguntado si era más barato por vergüenza", confesaba una de las mujeres entre risas mientras contaba que era la segunda vez que se montaba porque era la única manera de "enterarse de todo en poco rato".

A su lado, se encontraba una familia de Villarreal (Castellón) que afirmaba haber disfrutado mucho de la visita. Aunque el pequeño de la casa, con su cámara en las manos, lamentaba no haber podido hacer más fotos porque el tren "iba muy rápido" y no le daba tiempo.

Turistas en su propia ciudad

En este tren no solo van viajeros de otros lugares, también turolenses. Entre los pasajeros se encontraban un grupo de jóvenes de la ciudad y un abuelo que acudió con sus nietos. El hombre explicaba que a los niños «les hacía ilusión montar en el tren» y que, además, así recordaban las historias que él les habían contado desde que nacieron. "Es una buena forma de que te expliquen tu ciudad, porque muchas veces no valoramos la historia que tenemos", indicaba una joven que se animó a subirse al tren que ve pasar a diario.

"La gente de la ciudad suele venir más en invierno, cuando realizamos excursiones con algunos colegios y centros", indicaba la guía turística encargada de este recorrido. Y es que este servicio está en activo en todas las estaciones. Durante todo el año son muchas las personas que lo utilizan, tanto es así que se ha convertido en una importante fuente de ingresos para el Ayuntamiento de Teruel.

Gente de todas las edades se aventura a realizar este viaje por la historia de la ciudad en el que, en menos de una hora, se pueden ver los edificios más destacados, conocer las leyendas más populares e incluso la gastronomía típica turolense. Este recorrido es el contacto previo con el patrimonio cultural y artístico de la capital. "Teruel es una ciudad pequeña pero con mucho encanto y este recorrido lo demuestra", argumentaba uno de los viajeros.

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