El plan director del castillo de Alfambra, listo a finales de año

Los vecinos conocen el valor de los restos conservados de la fortaleza y su potencial como recurso turístico.

Visita a la exposición de réplicas de máquinas de asedio en los restos del castillo de Alfambra.
El plan director del castillo de Alfambra, listo a finales de año
Adrián Royo

La III Jornada Provincial de los Castillos de Teruel, celebrada ayer en Alfambra, acercó a la población los detalles del plan director que fijará el proceso a seguir para excavar los restos de la fortificación, restaurarlos y aprovecharlos como recurso turístico. Entre las singularidades de esta fortaleza, destaca su construcción en un promontorio que conserva vestigios de poblados y ciudadelas que han dominado el valle medio del río Alfambra durante 4.500 años.

El arqueólogo Javier Ibáñez, que participa en la redacción del plan director del castillo, explicó a los vecinos los objetivos de este documento, cuyos contenidos se aplicarán a lo largo de los próximos años en función de las disponibilidades presupuestarias. Ibáñez señaló, entre las notas más excepcionales de la fortaleza, haber sido sede principal de tres órdenes militares: Montegaudio, Temple y San Juan.

Entre las estructuras conservadas que fueron mostradas al público, destaca un voluminoso aljibe de origen musulmán que dispone del "mejor sistema de decantación de todas las cisternas de medievales de la provincia". Se trata de tres niveles sucesivos de profundidad que posibilitan la separación de las impurezas.

La presentación contó con la presencia del alcalde de la localidad, Francisco Abril, que manifestó la voluntad del Ayuntamiento de restaurar el castillo y acondicionarlo como reclamo turístico. El historiador Rubén Sáez inauguró una exposición de réplicas de máquinas de guerra medievales entre los restos de la fortaleza.

Los trabajos previos a la redacción del plan director han consistido en la ejecución de dos catas arqueológicas que han permitido desenterrar muros y estructuras vinculadas a dependencias accesorias del castillo conventual, situado en la terraza más alta del montículo de Santa Bárbara. Ibáñez explicó que los restos desenterrados podrían corresponder al patio de armas, bodegas o viviendas del personal auxiliar de los monjes guerreros.

La fortaleza se abandonó en el siglo XVI y sus restos solo se vislumbran puntualmente, salvo la cisterna, que se conserva íntegramente a pesar de haber perdido los arcos fajones que sujetaban la bóveda.

La Jornada Provincial de los Castillos se celebró en sus dos primeras ediciones en Mora de Rubielos y Peracense. La organización corre a cargo de la asociación de estudiosos de los castillos de Teruel, Arcatur, que destaca la relevancia de este elemento cultural como dinamizador turísticos dispersos por todo el territorio provincial. Arcatur reivindica una mayor sensibilidad institucional con las fortificaciones por entender que son un elemento "vertebrador" debido a su dispersión y a su potencial económico.

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