Los astados de cartón para aprendices del toreo llenan de emoción y risas el centro de la ciudad

Tropezones, caídas, empujones y carreras a toda velocidad. La calle del Tozal y la plaza del Torico de Teruel fueron este lunes por la mañana lo más parecido a un encierro taurino, pero con astados de pega y corredores infantiles. Y es que el primer día de la semana grande de las fiestas turolenses arrancó con un espectáculo de tauromaquia a medida de los más pequeños que llenó de emoción y risas el centro histórico de la ciudad.

Un buen rato antes de la hora de inicio fijada para este encierro infantil, padres, abuelos y niños ya aguardaban impacientes a la sombra de los porches de la plaza del Torico, combatiendo el calor que de nuevo, tras una tregua de algunos días, invade la capital. Aunque se hizo un poco de rogar, la espera valió la pena, a juzgar por las caras de los más pequeños, pues ‘Taurochiquillos’, como se denomina la actividad, sorprendió a todos con sus toros gigantes hinchables y sus astados de carretilla –con ruedas y empujados por una persona–.

Superada la impresión y el bloqueo del primer momento, los chavales se lanzaron en avalancha al ruedo para enfrentarse a estos toros de mentirijillas y mostrar su valentía. Solo dejaban de jugar momentáneamente para remojarse en la fuente del Torico y, con nuevas fuerzas, salir otra vez a torear.

Desde la Nevera

Además del encierro, que para mayor realismo partió de los corrales de la Nevera para recorrer el Tozal y acabar en la plaza del Torico, hubo concurso de recortadores, toreo, rejoneo y lidia. "Se trata de que los chavales conozcan el mundo de la tauromaquia por si, de mayores, sienten la llamada de esta afición y de este arte", explicó José Silvestre, de la empresa Tauroemoción, organizadora del espectáculo.

Silvestre explicó que Tauroemoción, con 7 personas en plantilla y más de 40 contratos eventuales a lo largo del año, lleva la diversión en torno a los toros por toda la provincia de Teruel e incluso fuera de ella, pues recientemente actuaron en Gerona.

No solo los niños disfrutaron de una soleada jornada de toros. Muchos padres y abuelos se animaron a demostrar sus habilidades taurinas despúes de ver cómo lo hacían sus vástagos. Así, el ambiente festivo inundó la plaza del Torico, que se ha convertido estos días en centro neurálgico de la diversión.

Este martes habrá de nuevo, en este emblemático espacio turolense, animación infantil y la oportunidad de ponerle el pañuelico al Torico desde una grúa, pues la Asociación Contra el Cáncer ha organizado un año más esta actividad con la que se recaudan fondos para la investigación de la enfermedad.