Medio siglo con el agua garantizada

El pantano del Arquillo, inaugurado en junio de 1967 tras 13 años de obras y 39 millones de pesetas invertidos, ha garantizado el suministro de Teruel durante 50 años.

Construcción del desagüe de fondo del embalse del Arquillo.
Medio siglo con el agua garantizada
confederación hidrográfica del júcar

La garantía de suministro de agua cumple 50 años en Teruel. El pantano del Arquillo, que con sus 21 hectómetros cúbicos garantiza el abastecimiento de la ciudad, se inauguró en junio de 1967, hace medio siglo. Las primeras referencias documentales a la obra se remontan a 1935, pero los trabajos no se iniciaron hasta abril de 1954. La ejecución estuvo salpicada de incidencias, incluido un parón en enero de 1959 debido a las discrepancias entre el Ministerio de Obras Públicas y la empresa contratada, Sociedad Construcciones Arquillo S. L., representada por Luis Pastor y Julián Asensio.

El presupuesto de adjudicación fue de 22,9 millones de pesetas, pero al final la presa costó 38,6, un 68,5% más de lo previsto. El desfase fue también temporal. Cuando se adjudicó el proyecto tenía un plazo de ejecución de 42 meses, pero tardó 13 años, cuatro veces más de lo previsto.

La finalidad inicial de la obra fue ampliar los caudales de riego entre Teruel y Casas Bajas (Valencia), laminar las avenidas del río Guadalaviar –Turia a partir de Teruel y tras confluir con el Alfambra–, la producción eléctrica a partir de una central prevista a pie de presa que nunca llegó a construirse, abastecer a una piscifactoría en San Blas y los usos recreativos.

Pero, por encima de todos los fines, destaca el de asegurar el abastecimiento de la ciudad de Teruel con un consumo de 2,8 hectómetros cúbicos al año. El que fuera jefe del Área de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), el turolense José Luis Utrillas, señala que la "función fundamental" de la presa fue proporcionar agua de calidad a la capital turolense, una labor que ha cumplido puntualmente durante medio siglo.

Utrillas recuerda que la única vez en que el abastecimiento estuvo en apuros desde la inauguración del Arquillo fue en la sequía de 1994-1995, cuando hubo que bombear agua desde una cota mas baja hasta la toma de Teruel debido al descenso de las reservas. Aunque, actualmente, el pantano pasa por "un mal año debido a una sequía muy fuerte", todavía embalsa 7,9 hectómetros cúbicos –el 37% de su capacidad–. En 1995, alcanzó el récord negativo con solo 1,5 hectómetros –el 6,5% del total–. La sequía obligó a realizar unas perforaciones de emergencia en San Blas como alternativa por si el nivel del embalse seguía bajando.

Embarcar al Gobierno en el pantano del Arquillo no fue tarea fácil. El Plan Nacional de Obras Hidráulicas de Lorenzo Pardo de 1927 ni siquiera contempla esta actuación, que no se plantea hasta 1935 con el objetivo de que "la regulación del río Turia fuera completa y alcanzara sus beneficios a la provincia de Teruel". Ante la falta de avances respecto a esta obra, los alcaldes de Valencia y otros diez municipios levantinos acuerdan en febrero de 1943 solicitar el pantano. Un mes después, siguen sus pasos los consistorios de Teruel, Villastar y Libros.

Tras numerosos trámites administrativos, en 1948 se redacta el proyecto del pantano del Arquillo de San Blas, en 1953 se adjudica la obra a Construcciones Arquillo S. L. y en 1954 se inicia la ejecución, que no se daría por finiquitada hasta 1967.

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