Los alcaldes buscan in extremis familias con hijos para evitar el cierre de sus escuelas

Alba, Bello y Formiche están a un paso de perder sus colegios el próximo curso por falta de niños. Educación mantiene en la provincia una veintena de escuelas con menos de seis alumnos.

Vacía la escuela de Bello. Los colegios de Alba, Formiche Alto y Bello son los que más riesgo presentan de cerrar sus aulas el próximo periodo escolar. Bello, en la foto, ya se vio obligado a clausurar sus instalaciones antes de terminar el curso al abandonar las clases 4 de los 5 niños que había por traslado de su familia.
Los alcaldes buscan in extremis familias con hijos para evitar el cierre de sus escuelas
A. García/bykofoto

El próximo curso escolar no se presenta nada prometedor para algunos pueblos de la provincia de Teruel que están a un paso de cerrar sus escuelas por falta de alumnado. Una veintena de municipios se encuentran cada año en la cuerda floja. Tienen entre seis y cinco escolares, el límite que establece el Departamento de Educación para mantener las aulas abiertas, por lo que cada nuevo año es una incógnita por la extrema pérdida poblacional que soportan.

Si nadie lo remedia, en el curso 2017-18 clausurarán sus colegios Alba, Bello y Formiche Alto, las localidades que presentan un mayor riesgo. Educación no quiere dar por pérdida una sola unidad escolar hasta que no empiecen las clases, y se resiste a hablar de cierre de escuelas, pero en estos tres municipios cunde un cierto desánimo.

El colegio de Bello ya se vio obligado a cerrar las instalaciones a mitad de curso porque cuatro de los cinco niños que cursaban sus estudios en el centro abandonaron la localidad por traslado de su familia. Su llegada hace dos años al reclamo de trabajo y casa permitió el mantenimiento de la escuela. El Ayuntamiento busca in extremis nuevos pobladores que permitan la reapertura de las aulas, pero el alcalde, Jaime Barrado, mostraba días pasados su intención de ser "más selectivo" con los interesados con objeto de propiciar estancias más duraderas en el pueblo.

En Alba la situación no es mejor. Este año solo quedarán tres escolares y, según señalaba el alcalde, José Herrero, sus padres ya han confirmado su intención de trasladar a los pequeños al colegio de Santa Eulalia. "Las familias prefieren llevar a sus hijos a esta localidad, que está a cinco minutos, porque es donde han ido a la guardería y tienen a sus amigos", explicaba el primer edil.

La Escuela de Formiche Alto está todos los años en la cuerda floja. El pueblo registra un trasiego anual de nuevos pobladores que permiten con sus hijos mantener las aulas abiertas, si bien su estancia en la localidad carece de suficiente estabilidad y terminan por irse. Como decía el alcalde de Bello: "Resulta complicado que alguien procedente de una capital adquiera un compromiso con el mundo rural".

Hay, sin embargo, ejemplos que inducen al optimismo, como es el caso de Oliete, que ha logrado mantener el colegio abierto gracias a la llegada de una familia con tres hijos, que se sumarán a los cuatro escolares ya matriculados.

Apadrina un olivo

La revitalización de las aulas en Oliete ha sido posible gracias al proyecto apadrina un olivo, una iniciativa que ha logrado rescatar 5.000 árboles centenarios abandonados a través del sistema de apadrinamiento.

Uno de los fundadores del proyecto, Alberto Alfonso, señaló que los nuevos pobladores se dedicarán tanto a las tareas agrícolas como a la elaboración de aceite en la almazara que han puesto en marcha recientemente. "Hemos logrado con esta iniciativa de desarrollo rural sostenible evitar el cierre de la escuela y generar actividad en el pueblo", aclaraba Alfonso. "Este modelo, con el que hasta ahora hemos creado cinco puestos de trabajo, es perfectamente exportable a otros pueblos, porque pone en valor recursos naturales que todos tienen", añadió.

Desde el Departamento de Educación señalaron que la decisión de cerrar una escuela rural no se toma hasta el último momento. En algunos casos, incluso se espera hasta el mes de septiembre si hay posibilidades de incrementar el número de matriculaciones. Para ello, se lleva a cabo un proceso "personalizado" con cada pueblo. Según los primeros datos de escolarización, el próximo curso escolar arrancará con 1.111 alumnos, trece menos que el año anterior.

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