Los agricultores del Jiloca piden celeridad en la renovación de los regadíos de Singra

La reforma de este sistema de riego de los años sesenta es una vieja reivindicación.

Las antiguas canalizaciones de los riegos de Singra están en desuso.
Los agricultores del Jiloca piden celeridad en la renovación de los regadíos de Singra
Antonio García/bykofoto

Los agricultores de la comarca del alto Jiloca reclaman al Gobierno de Aragón una mayor agilidad en el proyecto de reactivación de los regadíos sociales de los pozos de Singra, una de las actuaciones más relevantes en la zona de los años sesenta del siglo pasado y actualmente en desuso. Ante la sequía que se ceba, especialmente, en estos territorios de la provincia de Teruel, el sindicato UAGA pidió recientemente "la máxima celeridad" en poner en marcha el citado proyecto, "que permitiría minimizar los desastres naturales como los que padece el campo en estos momentos", señalaba el secretario general de la formación agraria en Teruel, Roberto Sanz.

Al tiempo que una intervención para actualizar el sistema de riego, que afectaría a 1.400 hectáreas de Singra y Villafranca del Campo, los agricultores piden un estudio sobre los diferentes tipos de agroindustria que se pueden aplicar en la zona del Jiloca "para hacer sostenibles los regadíos", aclaraba Sanz.

Una Proposición no de Ley aprobada el mes pasado por la Comisión de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de las Cortes aragonesas ya dio el visto bueno a las primeras intervenciones, como son las concentraciones parcelarias, necesarias para la reactivación de los riegos. Los agricultores pretenden, no obstante, que se prioricen los regadíos sociales en aquellas comarcas especialmente devastadas por la falta de lluvia. Los sindicatos trasmitieron esta idea al consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, en la reunión que mantuvieron esta semana en la mesa de la sequía, pero, según confesó Sanz, este se limitó a condicionar la actuación a la disponibilidad presupuestaria de su Departamento.

Para el dirigente sindical, los regadíos permitirían "diversificar las explotaciones", de manera que no tuvieran que exponerse a los avatares de la climatología. "Necesitamos otros cultivos alternativos que permitan en determinados años en condiciones extremas mantener las rentas", explicó Roberto Sanz.

Para los regantes de Singra y Villafranca la actualización de los regadíos sociales resultaría de gran ayuda para afrontar periodos tan críticos para la agricultura turolense como los que se vienen arrastrando desde hace cuatro años. José Luis Ginés, de la Comunidad de Regantes, considera que al disponer de unas infraestructuras básicas, el coste de la modernización no sería tan elevado como en una nueva construcción. Agregó que la actuación principal giraría en torno a una modificación en el sistema de distribución del agua, concebido por el método de gravedad y que reclaman sea a presión.

Ginés sostiene que los regadíos de Singra, que captaban el agua a través de pozos subterráneos mediante bombeo, resultaban, además de obsoletos, muy costosos para el agricultor tras la subida de la tarifa eléctrica. Estas circunstancias provocaron que las canalizaciones fueran languideciendo hasta su clausura hace cinco años. El golpe mortal para esta estructura lo propició, sin embargo, el cierre de la azucarera de Santa Eulalia en el siglo pasado que eliminó de un plumazo el principal cultivo destinando a esta industria: la remolacha. El tubérculo era, además, una de las pocas especies adaptadas a la dura climatología de una zona situada a mil metros de altitud. Ya se han dado los primeros pasos para llevar a cabo la concentración parcelaria con la recogida de firmas a más del 50% de los agricultores. Ginés quiere dejar claro que esta actuación, sin coste alguno, no obliga a aceptar los regadíos.

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