Una web de subastas de antigüedades saca a la venta un crucifijo que, según el vendedor, procede del "saqueo" de la iglesia de Valderrobres durante los primeros compases de la Guerra Civil. La pieza, una cruz metálica lobulada de 24 por 13 centímetros, presenta indicios de haber sido quemada, aunque está en un estado de conservación aceptable a pesar de este contratiempo.

El vendedor, que se identifica en el portal como ‘bothar’, afirma ser un aficionado al coleccionismo residente en Tarragona. El crucifijo "de la iglesia de Valderrobres" se pone a la venta por 90 euros. La detección de esta operación a través de la web www.todocoleccion.net ha motivado algunas reacciones en las redes sociales de vecinos de Valderrobres molestos porque el fruto de un saqueo salga a subasta sin ningún disimulo.

El vendedor muestra en el portal de subastas su predilección como coleccionista por "todo lo relacionado con CNT, FAI y AIT" –tres organizaciones de carácter anarquista–. Añade en su presentación que tiene a la venta "cosas muy interesantes y difíciles".

La iglesia de Santa María la Mayor de Valderrobres fue saqueada en los inicios de la Guerra Civil tras la toma del poder por las columnas anarquistas procedentes de Cataluña. Las imágenes religiosas y otros contenidos del templo fueron quemados a continuación.

Origen creíble

El arqueólogo y estudioso de la historia de Valderrobres, Enrique Puch, que dio la alerta a través de una red social sobre la subasta de la cruz en www.todocoleccion.net, considera "creíble" la afirmación del vendedor sobre el origen del crucifijo y recuerda que, durante los inicios de la Guerra Civil, muchas iglesias del Matarraña y el Bajo Aragón fueron despojadas de sus obras de arte, algunas incendiadas y otras destinadas a usos no religiosos.

En la información que acompaña a la oferta, el vendedor precisa que la cruz fue "quemada y saqueada" el 23 de agosto de 1938. Añade que compró la pieza en Valderrobres "hace unos veinte años". El anticuario explica que, durante la feria que se celebra tradicionalmente en mayo en Valderrobres, una "señora mayor" se la vendió. La mujer le detalló que, "cuando quemaron la iglesia en 1936", su padre rebuscó entre los escombros y las cenizas que quedaron tras el incendio de las imágenes del templo parroquial, encontró la cruz y "la guardó".

Como vestigio de la quema, el crucifijo, fabricado en bronce, presenta una "pátina" característica. El vendedor señala que, también debido al fuego, la madera o los adornos que pudieran completar la pieza en su origen han desaparecido.

Enrique Puch considera plausible que el origen de la cruz sea el expolio del templo parroquial, porque "¿para qué va a precisar tanto la procedencia al sacarla a subasta?". El arqueólogo divulgó el hecho a través de las redes sociales como denuncia, porque le parece "raro" que se explique el origen ilícito de una obra a la venta tan "alegremente".

El Arzobispado de Zaragoza, del que dependía en 1936 y actualmente la parroquia de Valderrobres, ha iniciado averiguaciones para conocer si, realmente, el crucifijo procede de la iglesia de la localidad, aunque es poco probable que exista un inventario de bienes de aquella época que incluya la pieza, de escaso valor económico y artístico.

El alcalde de Valderrobres, Carlos Boné, asegura que existe un inventario de los bienes artísticos de la iglesia de los años veinte del siglo XX, pero no incluye la pieza que ahora sale a subasta. Aclara que el crucifijo es de poco valor y es "difícil demostrar" que en julio de 1936 estaba en la iglesia. Boné cree que el mismo vendedor ya intentó en otra ocasión subastar la pieza, al parecer sin éxito.