Teruel, escenario de la boda de un amor que revive 50 años después

Vestidos al estilo medieval, Fernando y Pilar se han casado en una ceremonia sencilla en el salón de plenos del Ayuntamiento de Teruel.

Foto del enlace publicada en Twitter por el Ayuntamiento de Teruel.
Teruel, escenario de la boda de un amor que revive 50 años después

Fernando cree que es cosa del "destino" aunque fue Pilar la que le encontró a través de Facebook, buscando a "la gente que había querido". Cincuenta años después de su amor de adolescencia se reencontraron, viudos y pasados los setenta, para revivir un amor que han culminado con una boda este sábado en Teruel, en el 800 aniversario de la leyenda de los Amantes.

Vestidos al estilo medieval, el del tiempo en el que vivieron los protagonistas de la leyenda, Fernando y Pilar se han casado en una ceremonia sencilla en el salón de plenos del Ayuntamiento de Teruel.

Pilar quería que Fernando fuera su "marido legal" porque es "lo lógico", y por eso fue ella quien se lo planteó a él aunque le reclamó a Fernando el "formalismo", explicaba a pocas horas del enlace. Y él, cuenta, no dudó ni un momento: "Si hubiese dudado, no hubiera sido amor".

Eligieron Teruel, ciudad natal de ella, porque era "el lugar idóneo" y como homenaje a la leyenda de los Amantes en su 800 aniversario, que este año la ciudad celebra con multitud de actos.

La historia de este "amor sencillo", como lo definen ellos, llegó hace un tiempo a la Fundación Bodas de Isabel, que organiza cada año por el mes de febrero en Teruel la historia del amor imposible de Isabel y Diego, los Amantes de Teruel, y la entidad les ha ayudado a organizar la ceremonia, con la que Pilar y Fernando han querido homenajear también al amor.

El amor que ha culminado en boda se fraguó en Barcelona cuando ella tenía 17 años y el 19. Él había nacido en Zaragoza y ella en Teruel, aunque ambos habían emigrado y coincidieron en la cuadrilla de amigos de juventud.

Pilar aventura que el hecho de ser los dos aragoneses les unió al principio y comenzaron una relación que apenas duró ocho meses, pero que para ella fue la del "despertar al amor después de salir del colegio de monjas" explica, y por eso Fernando quedó en su memoria, por ser "su primer amor, el primer novio y único" antes de su marido.

La relación terminó entonces y cada uno llevó su vida, él en Barcelona y ella luego en Palma de Mallorca. Los dos se casaron -con apenas quince días de diferencia- y tuvieron hijos y ahora nietos.

Fue Pilar la que, tras enviudar hace ahora doce años, comenzó a tener "añoranza" de lo que se ha dejado atrás" y echó mano de Facebook para encontrar a esas personas que había querido en su vida.

Él se hizo de rogar, explican, porque tardó meses en contestar a sus mensajes. Justo el día en el que Pilar cumplía 70 años, encontró un mensaje de Fernando. "Yo no era muy amigo de esto del Facebook y por eso no entraba, pero un día que me dio por encenderlo vi los mensajes", cuenta ahora el novio.

Retomaron entonces la relación, a distancia, utilizando luego Skype para poder hablarse y verse y por fin se produjo el encuentro en Vic, Barcelona. Desde entonces no se han separado, aunque viven "trashumantes" como dice Fernando, a caballo entre la Ciudad Condal, Palma de Mallorca y Teruel, donde acuden con frecuencia.

Para Fernando el "destino" ha tenido mucho que ver en este reencuentro después de 53 años sin verse. "En cuanto hablé con ella me di cuenta de que continuaba siendo en esencia la misma", y por ello no dudó ni un momento, dice, en saber que iba a estar con ella siempre.

El reencuentro se ha producido tras una "vida feliz" con sus parejas, con las que ambos tuvieron hijos y ahora nietos, y cuentan que ninguno entiende este enlace.

"Les cuesta ver otra persona en el lugar que ha estado su padre o su madre" explica Pilar, pero ella reivindica que ya tienen edad para hacer lo que deseen.

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