Los presupuestos del Ayuntamiento de Teruel seguirán cayendo en los próximos años a pesar de la mejoría de la situación financiera municipal con el retroceso continuado de la deuda. Según el plan presupuestario que se conoció en el último pleno antes de su remisión al Ministerio de Hacienda, las cuentas de la ciudad pasarán de los 33,7 millones de 2017 a 30,7 en 2020, un retroceso de casi el 10% en solo tres anualidades.

El plan, aprobado por la Alcaldía, prevé un presupuesto de 35,7 millones de euros en 2018, lo que supondrá un incremento de cerca de dos millones respecto de las cifras de 2017 debido a la inclusión de partidas para ejecutar la rehabilitación del Asilo de San Julián. Sin embargo, al año siguiente, en 2019, la previsión cae a 31,4 millones y en 2020, hasta los 30,7, menos de la mitad del año 2008 –66,7 millones–, que marcó el inicio de la crisis económica.

Las cuentas para 2020 estarán muy por debajo de las de un lustro antes. En 2015, el Ayuntamiento aprobó un presupuesto de 42,8 millones de euros, aunque la previsión de inversiones se hinchó con cargo al anunciado Plan Juncker de la Unión Europea, que no llegó a materializarse. La ejecución del apartado inversor fue mínima. Para encontrar cifras globales inferiores a las previstas para 2020 habría que retroceder a 2002.

El recorte presupuestario será paralelo a la mejora de la salud financiera del Ayuntamiento, que en los próximos tres años pasará a tener una deuda que supondrá el 31% de los ingresos corrientes, frente al 200% que llegó a acumular en 2010 y prácticamente la mitad del 59% previsto al terminar 2017.

La rebaja de la carga financiera permitirá al Ayuntamiento recurrir a préstamos para financiar inversiones en los próximos años a un ritmo de 1,5 millones anuales en 2018, 2019 y 2020, frente a solo un millón en 2017. En los próximos años también se presupuestan partidas de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, un programa europeo que invertirá 10 millones de euros hasta 2022. Estas inyecciones económicas no evitarán un retroceso global de las cuentas hasta 2020.

La concejala delegada de Hacienda, Rocío Féliz de Vargas, explicó que el ritmo de endeudamiento es el máximo permitido por la regulación estatal de estabilidad presupuestaria. Féliz de Vargas aclaró que el plan 2017-2020 es solo una previsión y los presupuestos de cada año pueden "sufrir variaciones" en función de oscilaciones imprevistas en las entradas por participación en los ingresos del Estado. El programa remitido a Hacienda contempla un incremento de la aportación estatal del 1% en 2018 y 2019 y del 1,5% en 2020.

Respecto a los gastos corrientes, la principal variación podría derivarse de las revisiones salariales de la plantilla municipal. Este capítulo es "determinante", según la edil. El plan prevé un incremento salarial del 1,02% en 2018, del 1,5% en 2019 y del 2,46% en 2020, de acuerdo a la programación de los presupuestos generales del Estado.

La concejala recalcó al valorar el plan presupuestario 2017-2020 la evolución "muy favorable" de la deuda y recordó que desde 2010 a 2016 el Ayuntamiento no pudo firmar préstamos para inversiones al superar el tope del 110% establecido por el Gobierno central.

De cumplirse la previsión del equipo de gobierno municipal, el importe de los préstamos firmados para financiar inversiones se duplicará entre 2016 y 2018, al pasar de 756.100 euros a 1.500.000, un importe que el Ayuntamiento "no puede superar por imperativo legal".