Una gran cadena humana para trasladar los libros a la nueva biblioteca de Valderrobres

El Ayuntamiento inauguró ayer las instalaciones tras invertir 100.000 €. La jornada se convirtió en una fiesta colectiva.

Un centenar de vecinos colaboraron en el transporte de los libros hasta la nueva biblioteca.
Un centenar de vecinos colaboraron en el transporte de los libros hasta la nueva biblioteca.
J. De Luna

Más de un centenar de personas participaron ayer en la gran cadena humana que simbolizó la puesta en marcha de la nueva Biblioteca Municipal de Valderrobres. El Ayuntamiento de la localidad abrió por la mañana las puertas de la instalación después de casi tres meses de labores de traslado desde la antigua ubicación en la Casa de la Cultura.

Los vecinos de Valderrobres y de otras poblaciones de la comarca del Matarraña se sumaron a esta iniciativa colectiva, que permitió transportar un millar de libros hasta las nuevas instalaciones, a escasos 150 metros de la anterior sala de lectura. La mañana contó, además, con la participación de la banda de música comarcal de San Antón, cuentacuentos, la actuación del cómico Oswaldo Pai y un vermú popular a cargo de la Asociación Santa Águeda.

El acto más emotivo de la jornada fue el sorpresivo homenaje a Alicia Siurana, la que fuese bibliotecaria del municipio durante los últimos 30 años. Para ello, el espacio destinado a biblioteca infantil llevará su nombre. "Estoy muy emocionada; no me esperaba en absoluto este homenaje, ni tan siquiera que la sala llevase mi nombre, así que solo puedo decir que siento una enorme gratitud", manifestó Alicia Siurana con mucho sentimiento.

La nueva biblioteca está ubicada en una parte del antiguo Colegio de las Hermanas y cuenta con un mobiliario totalmente renovado. El local, a escasos 30 metros de la plaza de España, está dividido en tres zonas: una para biblioteca de adultos y dos para los niños.

El edificio se encuentra en una planta baja, cumpliendo así todas las normas de accesibilidad, hecho que constituía la mayor preocupación del Consistorio. "Lo importante es que hemos conseguido eliminar las barreras arquitectónicas, el principal problema que teníamos", dijo Carlos Boné, alcalde de Valderrobres.

Las salas conservan los primitivos pilares y las vigas de madera en el techo, así como sus muros de piedra. Destaca el gran balcón al río Matarraña, desde el que el lector disfrutará de bellas vistas mientras consulta libros. La biblioteca conserva un antiguo trujal de vino hallado en las recientes labores de restauración. La nueva instalación ha contado con un presupuesto de 100.000 euros de fondos municipales, de los cuales 65.000 han sido para acondicionar las estancias y 35.000 para mobiliario.

Un antiguo convento

El edificio acoge también el nuevo albergue municipal y la escuela de adultos. La Fundación Valderrobres Patrimonial invirtió 600.000 euros en la restauración íntegra del inmueble tras ser cedido por las Hermanas de San Vicente de Paúl. "El valor arquitectónico y la ubicación del edificio son inigualables", explicó Manuel Siurana, director de la Fundación.

La propietaria del edificio a principios del siglo XX, Asunción Tomás, sin descendencia, donó la casa a las Hermanas de San Vicente de Paúl. En 2014, las religiosas abandonaron la localidad debido a su avanzada edad, no sin antes ceder el inmueble y sus pertenencias a la Fundación Valderrobres Patrimonial.

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